Una jornada pensando con (y no en) Irene Balaguer
Recordar de dónde venimos y a las personas y momentos que nos han ayudado a estar donde estamos ahora es algo imprescindible para aprender y avanzar. Por este motivo, la Jornada Internacional de Educación Infantil que tuvo lugar en el CaixaForum el sábado 6 de julio comenzó haciendo eco de la vida de tres personalidades fundamentales para entender lo que es hoy la Asociación de Maestros Rosa Sensat: Rosa Sensat (1873-1961), Marta Mata (1926-2006), y especialmente Irene Balaguer (1948-2018), que nos dejó a finales del año pasado.
Sin habernos dejado, la presencia de Irene estaba, especialmente a partir de las palabras de los maestros que la pudieron conocer y siguen pensando con ella. Piensan con ella, y no en ella, porque su manera de entender la docencia sigue con nosotros. Por este mismo motivo, la jornada no fue un homenaje que, en palabras de Assumpta Baig, “ella no lo hubiera querido”, sino un acercamiento a su figura ya su legado.
En el parlamento inicial, David Altimir rememoró las palabras que Irene escribió sobre el día en que llegó por primera vez a Rosa Sensat, donde fue recibida por la Marta. La sala estaba llena a rebosar, con presencia de amigas y compañeros de diferentes lugares: de toda la península, de Europa y Latinoamérica. Y se leyeron mensajes de Madrid, México y Lyon por parte de personas que, por diversos motivos, no pudieron asistir, como el pedagogo francés Philippe Meirieu, que recalcó la importancia de la defensa de la educación para la democracia.
Para acabar de descubrir el carácter incansable de Irene se proyectó un vídeo con imágenes de encuentros, compañeros y compañeras de viaje y de estancias en todo el mundo. Acercarnos a otras culturas nos hace crecer, y las fotografías de Irene y otros miembros de la Asociación a lugares tan diversos como Cuba, Francia, México para descubrir otras maneras de enfocar la educación infantil son un ejemplo.
El Conseller de Educación José Bargalló asistió a la jornada y expresó la necesidad de dar continuidad al legado de Irene, que es también lo que están forjando la Asociación Rosa Sensat, la Fundación Marta Mata y la Fundación Artur Martorell. El Conseller dijo que ésta es “una labor continuada sin la cual nuestro sistema educativo no sería como es”. Para acabar de dar el disparo de salida a la jornada tuvo lugar una muestra de comunicación a partir del movimiento con la danza de Ana Casanova acompañada de la música de María Arnal y Marcel Bagés.
“Incluso cuando discutíamos, era siempre para conseguir la escuela que queríamos”, recordó la maestra italiana Mara Davoli durante la primera mesa redonda de la tarde ‘¿Qué escuela queremos?’. Davoli estuvo con los sentimientos a flor de piel durante toda su intervención, afirmando que aún continúa hablando con Irene en un diálogo “apasionante, genuino y leal”.
La jornada también tuvo momentos para mostrar proyectos que, a pesar de contar con una larga trayectoria en nuestro país, aunque son algo renovador y poco usual, como las escuelas de bosque, un modelo al que nos acercó el maestro danés Claus Jensen. Los asistentes contemplaron abstraídos las fotografías de niños y niñas explorando bosques y jugando con los elementos de la naturaleza, hecho poco habitual en las escuelas dentro de Cataluña. “No se puede estar todo el día en la clase”, dijo Jensen ante la convencida mirada de las personas asistentes.
Pero también hubo tiempo para las reivindicaciones: “Hay que luchar para conseguir las condiciones óptimas; dejar que los niños tengan su propio ritmo”, afirmó Agnes Szanto. En este sentido, una emocionada Carmen Ferrero, que había vivido miles de momentos con Balaguer, explicó que con ella siempre hablaban de que si no hacían política, la harían por ellas y que necesitaban estar organizadas para hacer frente al retroceso que, apuntó, están viviendo ciudades como Madrid.
En la última intervención, la profesora brasileña Sonia Larrubia, ante la situación que se ve en Brasil, llamó a hacer una “lucha constante” para hacer posible una buena educación. Finalmente, el titiritero Mariano Dolci fue el encargado de cerrar la jornada con una pequeña actuación de sombras, que a través del juego de formas y manos acercó a las personas asistentes historias sencillas pero cargadas de posibilidades y significados.
Víctor Llovera y Adrià Martí
