Trabajar en grupo y aprender a cooperar
La escuela organiza métodos de aprendizaje específicos de acuerdo con las necesidades del grupo de clase y las de cada niño o niña. El programa especifica que debería permitir a todos “construirse como una persona única dentro de un grupo”, es decir, “descubrir el papel del grupo en sus propios caminos, participar en la realización de proyectos comunes” y, gradualmente, compartir tareas y tomar iniciativas y responsabilidades dentro del grupo. Se trata de aprender a cooperar, de involucrarse en una comunidad de trabajo y aprender juntos, a través del tiempo grupal y el tiempo en grupos pequeños, sin descuidar los momentos del trabajo individual.
¿Qué objetivos tiene el trabajo grupal?
Ofrecer trabajo en grupo requiere que el maestro haya definido los objetivos a alcanzar y que los niños y niñas hayan entendido las tareas a realizar. El pedagogo Philippe Meirieu distingue cinco objetivos del trabajo grupal en alumnos:
- La finalización: el objetivo es hacer que los estudiantes accedan a una “necesidad de saber” más que a un conocimiento. No se da prioridad al aprendizaje específico y evaluable (que será el tema del trabajo individual o colectivo más adelante) sino a hacer que todos comprendan la importancia de realizar cierto aprendizaje. Por lo tanto, el maestro o maestra primero mirará los obstáculos y dificultades que el grupo ha encontrado para cumplir la tarea.
- Socialización: una vez más, lo esencial no está en el nivel de aprendizaje en sí, sino en el nivel de las actitudes sociales de los y las estudiantes. Se trata de aprender a organizar el trabajo en conjunto, planificar los pasos, permitir que todos encajen en el grupo y participar sin dejar a nadie atrás.
- El seguimiento: el objetivo se centra en el aprendizaje académico de naturaleza cognitiva. Sin embargo, no es el maestro o la maestra el responsable de la “enseñanza” sino un alumno o alumna que se coloca en la posición de “monitor” o “monitora”. El trabajo en grupos pequeños juega dos roles esenciales: usar la heterogeneidad de los estudiantes para introducir un trabajo diferenciado y permitir que los alumnos en una situación de instructores refuercen su aprendizaje (porque “se ven obligados a explicar” a los demás).
- La confrontación: se basa en las interacciones entre los estudiantes para la realización de una tarea común para desestabilizar representaciones o prejuicios. Se trata de crear la contradicción, permitiendo que los puntos de vista se expresen para que todos puedan discutir.
- El aprendizaje en sí mismo requiere objetivos cognitivos identificados y presupone un funcionamiento del grupo estrictamente regulado por el maestro: reglas operativas definidas y respetadas, preparación previa, adquisición de nuevos conocimientos al trabajar juntos. El grupo luego permite, por confrontación, liberar un concepto, mejorar un trabajo individual, tomar conciencia de fenómenos complejos…
La confusión entre tarea y propósito puede comprometer la efectividad del trabajo grupal. De ahí la importancia, como señala Philippe Meirieu, de definir claramente la naturaleza de la tarea común a realizar y la naturaleza de los objetivos individuales perseguidos.
Trabajo en grupo y organización de clases
Si los beneficios del trabajo en grupo están bien establecidos, ¡establecer una organización de este tipo con niñas y niños pequeños no siempre es fácil! La situación puede volverse rápidamente ruidosa y difícil de manejar para el adulto, tanto en términos de material como en la atención prestada a cada uno. Son posibles varios tipos de grupos dependiendo de las actividades y los objetivos de aprendizaje establecidos por el maestro o maestra:
- Grupos de necesidad de alumnos y alumnas que tienen el mismo tipo de dificultades durante un aprendizaje; este grupo es por definición “puntual”.
- Grupos de niveles (u homogéneos) que reúnen a estudiantes que han adquirido las mismas habilidades en una disciplina o campo determinado. La tarea se adapta a cada grupo y tiene en cuenta las diferencias de nivel.
- Grupos heterogéneos con una relación de tutoraje (o monitoraje) entre los y las estudiantes que permite a los más débiles aprender y asimilar el conocimiento y las habilidades de los demás, y a los tutores ejercer y reforzar lo que ellos saben o saben hacer.
- Grupos espontáneos para permitir afinidades más cercanas y el desarrollo de la afectividad, por ejemplo, en los rincones de juego.
Para satisfacer mejor las necesidades y el ritmo de cada uno, el maestro o maestra divide a los niños y niñas en pequeños grupos o talleres (4 a 6 u 8 estudiantes en general). Cada grupo tiene una actividad de una naturaleza diferente (gráficos, conteo, lenguaje, etc. principio alfabético, pintura, modelado…) en torno a un objetivo de aprendizaje común. El profesor o profesora apoya un taller específico y puede guiar, aconsejar y prestar especial atención a un pequeño número de estudiantes, especialmente como parte de la ayuda personalizada.
Sin embargo, el trabajo grupal no debe excluir otras formas de actividades que son complementarias. Así, el maestro o maestra se encargará de alternar horarios grupales, talleres, trabajo grupal y actividades individuales en el aula.