LAS RAZONES DE LA FEMINIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN INFANTIL
La defensa de la figura masculina como educador en la educación infantil representa un buen argumento para defender la igualdad de género en cualquier ámbito de trabajo, y al mismo tiempo debe representar una oportunidad para prestigiar no únicamente el oficio, sino la infancia misma.
Cuando eres maestro-hombre y vas a la escuela de verano, te das cuenta que eres parte de una estadística minoritaria. Esta última escuela de verano de Rosa Sensat, por ejemplo, ha habido un 86% de maestros mujeres. Esto trae cosas buenas, como que no tienes que hacer tanta cola para ir a los aseos a la hora del descanso, pero no dice demasiado a favor de los hombres-maestros que seguimos siendo una minoría a la hora de formarnos. Pero lo que quería afrontar con este escrito son las razones de la feminización del colectivo de maestros que nos ocupamos de los niños de 0 a 6 años.
Socialmente hay trabajos más masculinizadas y otras más feminizadas, ya menudo estas diferencias tienen que ver con el poder económico y con el prestigio social, y en este caso también con las expectativas sociales sobre la función de cada profesión. Además es sabido que las condiciones salariales hoy todavía presentan muchas diferencias injustificadas: los hombres siguen cobrando más que las mujeres para hacer los mismos trabajos. Debemos tener en cuenta, sin embargo, que el ámbito educativo es un ámbito laboral muy equitativo, donde los hombres y las mujeres cobramos exactamente lo mismo y donde el acceso al ejercicio del oficio no está condicionado en principio por el tema de género.
A pesar de ello, el colectivo que educa a los niños más pequeños es un ámbito muy feminizado. Este desequilibrio no es fruto de la casualidad. El magisterio representaba hacia mitades del siglo pasado una buena oportunidad para las mujeres para incorporarse en un trabajo cualificado que permitía una autonomía económica y personal. Los estudios para convertirse en maestro llevaban a emprender una carrera universitaria no tan comprometida como la de otras profesiones que piden más implicación, más renuncia a tiempo personales y familiares, lo que ha impedido la generalización del acceso a las mujeres a oficios más prestigiados , por la losa de arrastrar históricamente una responsabilidad más fuerte en la creación y gestión de la familia.
Ahora ya bien entrados en el siglo XXI, estamos bastante igual. El curso 2011-2012 en todo el estado español, el porcentaje de mujeres estudiantes de educación infantil en las Universidades era del 94,12%, con una presencia masculina de hombres de menos del 6%. ¿Cómo podemos explicar las causas de esta feminización? Miremos en primer lugar las razones históricas. Sin entrar demasiado en detalles históricos debemos saber que lo que hoy conocemos como escuela se puede considerar que nace hacia mitades del siglo XVIII.
Movimientos como el de la ilustración o la enciclopedia francesa o la revolución científica ayudaron en positivo por un lado, viviendo la educación como una oportunidad de compromiso social de emancipación individual, del hombre, para hacerlo huir de la ignorancia que lo hacía vulnerable por las clases dominantes.
Pero incluso en estos momentos esperanzadores se considera la mujer como ser diferente al hombre, no inferior, pero sí con unas características genéticas que le atribuyen unas cualidades ideales para la reproducción de la especie (paciencia, sensibilidad, limpieza , pudor, dulzura ..) y eso también por figuras importantes para la historia de la educación como Rousseau, la educación del hombre iba destinada para que gobernara y la de la mujer, para obedecer.
Después hay figuras como Pestalozzi o Froebel que profundizan de manera más positiva en las cualidades femeninas y ya la consideran como ideal para ocuparse de la primera infancia (crean ambos la idea del jardín de niños, y de las jardineras de niños). Hacia finales del siglo XVIII las maestras se incorporan a la educación de los niños, pero con este esquema:
- los maestros hombres ejercen la autoridad
- las maestras mujeres hacen una función de cuidado
Esta misma separación con los años ha hecho que la atención educativa de los niños más pequeños sea más bien de cuidado, y la de los niños, niñas y jóvenes sea la de la instrucción con un componente de disciplina, de esfuerzo, de autoridad. Es en estos momentos que está la consolidación de la separación y de la feminización en la educación de los niños más pequeños, y la masculinización de las edades mayores.
Además de estas razones históricas también hay de sociales. Ha habido socialmente la idea consolidada que la maternidad, y por tanto la mujer, predispone a poder hacer mejor de maestros con los niños más pequeños, en tres aspectos fundamentales:
- las características personales: espíritu protector, la ternura, la paciencia, la intuición
- el vínculo niño-maestra: vínculo afectivo
- función docente definida en términos de socialización y de cuidado
Una encuesta realizada en 1999 a 42 personas señalaba que el 70% de los encuestados consideraban la mujer más preparada para trabajar con los niños más pequeños, por el solo hecho de ser mujeres. Con la llegada de la psicología y otras ciencias como la neurociencia, que nos han enseñado que es justamente entre los 0 y los 7 años en que se juega buena parte de lo que acabaremos siendo como individuos, no ha hecho cambiar demasiado la situación.
Desde mi punto de vista aquí se mezclan dos prejuicios. Por un lado la poca importancia que se da a la infancia en general, y por otro lado, la poca relevancia social del oficio de maestro, un rol que todavía hoy socialmente es feminizado, y por tanto, que lleva asociado la poca consideración profesional que se le da a la mujer.
Por todo ello creo que la defensa de la figura masculina como educador en la educación infantil representa un buen argumento para defender la igualdad de género en cualquier ámbito de trabajo, y al mismo tiempo debe representar una oportunidad para prestigiar no únicamente oficio, sino la infancia misma.
David Altimir @davidaltimir
Maestro de educación infantil
Secretario de la Associació de Mestres Rosa Sensat
