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La entidad social como motor de los proyectos de ApS

La entidad social como motor de los proyectos de ApSSi bien los educadores pueden apreciar el ApS por sus ventajas educativas, las entidades sociales le encontrarán beneficios adicionales, lo que explica que cada vez más proyectos de aprendizaje-servicio tienen como motor inicial a estas organizaciones.

En general, los centros educativos (escuelas de primaria y secundaria, universidades…) no pueden emprender proyectos de aprendizaje-servicio sin contar con las asociaciones y organizaciones que ya están atendiendo a las necesidades sociales del territorio. Los centros educativos “necesitan” a las entidades sociales. Así pues, el papel de las entidades u organizaciones sociales en estos proyectos colaborativos es fundamental.

Pero el aprendizaje-servicio no es sólo una metodología educativa donde las entidades sociales pueden ayudar a las escuelas. Al mismo tiempo, es una estrategia de desarrollo comunitario. Por ello, aunque el ApS es motivador para los centros educativos, también se interesan por él las entidades sociales, los movimientos populares y los gobiernos locales, es decir, otros actores enfocados hacia el bien común y la mejora de la calidad de vida de las personas.

El trabajo en red que conlleva el aprendizaje-servicio no sólo mejora la efectividad de cada parte implicada, sino que fortalece el capital social de la población. Como dice José Antonio Marina, “se entiende por capital social de una comunidad el conjunto de valores compartidos, la manera de resolver los conflictos, de relacionarse, de convivir, el nivel de participación ciudadana en organizaciones, la forma de cuidar los bienes comunes. Es importante recordar que los principales estudios sobre este tema -los de Coleman, Putnam o Fukuyama- han mostrado que el capital social es un factor decisivo en la eficacia de los sistemas educativos de una comunidad. Dado que el aprendizaje-servicio eleva el capital social, influye en la calidad de la educación por una doble vía: por el efecto directo sobre los alumnos, y por el efecto indirecto, a través de la mejora del capital social”.

7 razones por las que una entidad social podría interesarse en impulsar ApS

La entidad social como motor de los proyectos de ApSUna entidad social, asociación o ONG no sólo le está haciendo un favor a la escuela -que también! – al compartir con ella proyectos de aprendizaje-servicio. Además, puede reconocer en estos proyectos un abanico de razones para impulsarlos, algunas más filosóficas y otras fuerza concretas:

  1. Porque realmente los chicos y chicas ya son capaces de hacer un servicio valioso a la causa de la organización.
  2. Porque formar hombres y mujeres en los valores y la causa de la entidad también puede ser por esta un fin en sí mismo.
  3. Porque favorece que los chicos y chicas se comprometan como voluntarios de la organización en el futuro.
  4. Porque un proyecto ApS puede aportar más visibilidad social a la causa de la entidad.
  5. Porque tejer vínculos con escuelas, otras entidades e instituciones fortalece la propia organización en la población.
  6. Porque el ApS aumenta el liderazgo de los dirigentes asociativos en su entorno, extendiendo los valores de la organización social.
  7. Porque el ApS es una herramienta de inclusión social coherente con la razón de ser de las organizaciones sociales, ya que estimula en las personas el protagonismo y la participación en la comunidad.

Fortalezas y debilidades de las entidades ante el aprendizaje-servicio

Ciertamente, las entidades sociales gozan de una buena posición para acometer proyectos de aprendizaje-servicio: conocen el territorio y sus necesidades. Sin embargo, también encuentran algunas dificultades específicas. Vamos a repasar los dos factores, los que facilitan (fortalezas internas y oportunidades en el entorno) y los que obstaculizan (debilidades internas y amenazas en el entorno).

La entidad social como motor de los proyectos de ApSFortalezas y oportunidades:

  • El hecho de aportar algo a la comunidad – característica propia del ApS- es una finalidad institucional inexcusable para las entidades sociales, fuertemente identificadas con un territorio y comprometidas en la búsqueda de soluciones a sus necesidades.
  • La consideración pública positiva hacia estas entidades puede reforzar la confianza hacia ellas y la aceptación social de sus actuaciones.
  • La flexibilidad y diversificación de las modalidades de intervención de las entidades sociales son aspectos que multiplican las posibilidades de actuación.
  • La escasa burocratización de estas organizaciones facilita la toma de decisiones y la actuación en medio abierto, algo mucho más complicado por parte de la escuela.
  • En el caso de las entidades sociales educativas (grupos scouts, centros de esparcimiento …), su talante cercano a la pedagogía del proyecto las acerca significativamente al aprendizaje-servicio.
  • En el caso de las entidades sociales que tienen extensión reticular en el territorio, su capacidad de multiplicar los proyectos es una ventaja innegable a la hora de consolidarlos y de ir avanzando en su calidad.

La entidad social como motor de los proyectos de ApSDebilidades y amenazas:

  • La relativa inestabilidad de los equipos, que compromete la continuidad de los compromisos con los centros educativos.
  • La precariedad económica de las entidades sociales, que puede amenazar la continuidad de los proyectos, así como su calidad.
  • La necesidad creciente de formación de los responsables asociativos, que a veces no se puede abarcar con los medios limitados de que se dispone.
  • Las dificultades -internas y externas- en el necesario trabajo en red con otras entidades, centros educativos o administraciones públicas.
  • La ausencia de estudios de impacto social de los proyectos de aprendizaje-servicio. No basta con indicios y percepciones limitadas, se necesitan evidencias contrastadas sobre los cambios positivos provocados por los hombres y mujeres en el entorno.

Algunas conclusiones

El aprendizaje-servicio no es sólo un asunto pedagógico. Es también una estrategia de desarrollo comunitario porque aumenta el capital social de la población.

Las entidades sociales son los socios preferentes de los centros educativos a la hora de impulsar proyectos de aprendizaje-servicio, pero también pueden asumir un papel protagonista y convertirse en motores de los proyectos de aprendizaje-servicio, involucrando no sólo a los centros educativos, sino también a otros actores del territorio.

Contar con estudios de impacto social de los proyectos de aprendizaje-servicio ayudaría a hacer evidente su doble dimensión educativa y social y atraer más entidades sociales a esta práctica de trabajo en red a la que tanto pueden aportar.

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Roser Batlle, Red Española de Aprendizaje-Servicio
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Senderi



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