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La educación en tiempos de pandemia. Una mirada feminista

La educación en tiempos de pandemia. Una mirada feministaComo Grupo de Trabajo Educación Feminista: Género y Currículum de la Asociación de Maestros Rosa Sensat queremos poner de manifiesto nuestra visión sobre la situación que estamos viviendo. Somos un grupo de maestros y profesoras feministas de diferentes generaciones, en diferentes situaciones administrativas y con dedicación profesional en las diversas etapas educativas (infantil, primaria y secundaria), que desde nuestra experiencia y reflexiones compartidas exponemos las siguientes cuestiones, que nos parecen fundamentales:

  • No queremos volver a la normalidad que la enfermedad ha interrumpido. Las escuelas, los institutos, las guarderías y los espacios educativos están atravesados por las desigualdades estructurales y sistémicas de la sociedad capitalista y heteropatriarcal, que, por su parte, son también espacios donde se producen y reproducen, en diferente grado, las violencias y las discriminaciones. La eclosión de la pandemia y el estado de emergencia sanitaria, como en El traje nuevo del emperador, han dejado al descubierto una realidad que el sistema intentaba maquillar a base de programas de innovación y de resultados de informes Pisa. Queda claro que las herramientas del amo nunca desmontan la casa del amo.
  • Desde el ecofeminismo hace mucho tiempo que se denuncia la crisis de cuidados Sin el cuidado de las personas y el cuidado de los ecosistemas la vida se degrada hasta comprometer su viabilidad. sabemos que somos seres biológicamente ecodependents y socialmente interdependientes, pero el neoliberalismo impone su razón a costa de nuestras vidas y en educación no se ha generalizado una toma de conciencia sobre esta cuestión vital. Quizá ha llegado la hora. Desde la economía feminista ha puesto en evidencia como todo el trabajo que permite el sostenimiento de la vida en las sociedades es desarrollado fundamentalmente por las mujeres, obviamente debido a las desigualdades estructurales en la corresponsabilidad en el seno de las familias, de manera gratuita, sin la consideración de trabajo, sin el reconocimiento de su necesidad vital. Y, en los casos en que el trabajo de cuidados entra en el mercado, son las mujeres migradas y racializadas las que, en condiciones de absoluta precariedad o cercanas a la esclavitud, asumen este trabajo. Las pedagogías feministas recogen estos saberes y los incorporan a prácticas pedagógicas orientadas a una educación emancipadora.
  • La práctica docente es una práctica política implícita o explícita. La educación no es neutral; la organización, el currículo, el funcionamiento administrativo, las relaciones que se establecen entre profesorado y alumnado, entre centros y familias, las relaciones con el entorno y con otros profesionales, obedecen a una concepción ideológica de la sociedad y de la ciudadanía , que confrontan modelos perfectamente diferenciados, la escuela reproductora y la escuela transformadora. Las docentes feministas problematizamos todas estas cuestiones y las analizamos de forma crítica.

Sin el cuidado de las personas y el cuidado de los ecosistemas la vida se degrada hasta comprometer su viabilidad.

¿Todos tienen en casa la misma disponibilidad y/o la misma formación/motivación respecto a los mal llamados «deberes»? ¿Qué estamos transmitiendo a los alumnos con el trabajo que tienen que hacer en casa fuera de su horario? Estamos preparando al alumnado para ser futuras trabajadoras que hacen horas extras sin control? ¿Qué papel deben tener las familias en la educación de sus hijas e hijos? Hasta qué punto desde la escuela hay que ponerse en lo que deben hacer en casa? Los «deberes» aumentan las desigualdades. Ahora todo esto se nos presenta de una forma más contundente y se hace urgente debatirlo.

¿La teleescuela está funcionando? ¿En las clases virtuales se trata de reproducir todo lo que hacemos en el aula a través de una pantalla? ¿La educación infantil está suficientemente visibilizada como una importante etapa educadora? ¿Es posible hacer educación infantil online más allá de videoconferencias para hablar un poco o vídeos contando cuentos? ¿Hasta donde llega la idea de producción en el ámbito escolar? ¿Qué significa recuperar el tercer trimestre de este curso? Como puede acompañar la escuela las familias que no tienen una buena conectividad a Internet?

¿O las que tienen un dispositivo digital para los cinco miembros de la familia? La realidad es que tenemos un alto porcentaje de niñas, niños, hombres y mujeres a los que ni siquiera podemos llegar. El confinamiento ha agravado las condiciones de vida de muchas familias. Necesitamos una sociedad que se preocupe de las personas en situación de vulnerabilidad y se aleje de las lógicas empresariales, pero no desde el paternalismo y la actitud caritativa sino desde la legítima reivindicación de derechos y libertades.


El derecho a la educación sólo se puede garantizar desde una escuela inclusiva, de calidad, pública, laica y feminista.

La educación en tiempos de pandemia. Una mirada feministaEl derecho a la educación sólo se puede garantizar desde una escuela inclusiva, de calidad, pública, laica y feminista. Por todo ello, recogemos el testigo de las escuelas y maestros de la República y de todas las experiencias coeducativas que constituyen nuestra genealogía, para configurar una epistemología feminista. La producción de conocimiento no se puede regir por las leyes del mercado. queremos una educación para la justicia social, desde el pensamiento crítico. Nuestra radicalidad feminista nos lleva hacia un nuevo orden social sin opresiones ni privilegios, sin violencias, sin machismo ni homofobia, sin racismo ni capacitisme, un orden donde la escuela se piensa y se organiza transversalmente, con carácter comunitario y poniendo la vida en el centro.

Sabemos de dónde venimos y queremos llegar muy lejos. Queremos que los sentimientos, los conocimientos y las acciones configuren una actitud de cuidado en las relaciones interpersonales, hacia la propia persona, con las personas que nos rodean, para con los animales y las plantas, con el entorno (el aire, el agua, los ecosistemas). Para hacerlo, hay que colocar en otro lugar, debemos pensar desde otro imaginario, sin privilegios, sin relaciones de poder.

La vuelta a las clases, que todavía no sabemos cuándo ni cómo será, debe priorizar el bienestar de todas las personas que conforman el centro educativo. Debemos priorizar la esfera socioemocional antes de que las disciplinas académicas y el rendimiento escolar, fuera de una productividad mercantilista que nos aleja de nosotros, de nuestras necesidades y de los saberes que hemos acumulado a lo largo de la existencia. Debemos poder hablar mucho de todo este periodo, hemos de poder expresar nuestras vivencias, debemos poder acompañar al máximo en esta situación de excepcionalidad, desde la diversidad de identidades y situaciones.

Como docentes feministas, vemos como una oportunidad para todos el hecho de poder aprender a partir de la propia experiencia vital, como siempre hemos defendido. Debemos generalizar una actitud reflexiva en toda la comunidad educativa (que, además de profesorado, alumnado y familias, también está integrada por las monitoras y monitores de comedor, de actividades extraescolares, por el personal de conserjería, de administración y de limpieza ) de forma contextualizada y con perspectiva interseccional. Esta crisis civilizatoria nos debe permitir construir una comunidad colaborativa singular y organizarnos según nuestras necesidades situadas.


Sabemos que no será fácil. El sistema fagocita las disidencias y las devuelve con el formato de productos de mercado.

Sabemos que no será fácil. El sistema fagocita las disidencias y las devuelve con el formato de productos de mercado. Pero como sujetos de derecho y de acción, queremos poner en palabras todo lo que el confinamiento ha silenciado y escuchar las voces de todas las personas. Queremos aprender a vivir mejor con menos, respecto a las condiciones materiales de la existencia, y poner el cuidado en el centro. Queremos provocar conocimientos subversivos, es decir, que subviertan el actual sistema. Debemos poder compartir el deseo de un futuro diferente celebrando nuestra diversidad. Creemos que ahora es la hora.


Autores/as: Grupo de Trabajo de Rosa Sensat Educación Feminista. Género y Currículum

Rosa Sensat



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