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“No hay nada más importante que la educación de los adultos del futuro” Entrevista a Eva Piquer

Entrevista a Eva PiquerNacida en 1969 en Barcelona, Eva Piquer es escritora y periodista y desde hace casi siete años edita y dirige la revista cultural Catorze.cat, un proyecto totalmente personal que creó en 2014, de ahí su nombre, con 44 años, tras renunciar por motivos personales a su escaño como diputada independiente en el Parlamento de Catalunya.

Como periodista ha trabajado y colaborado en muchos medios, entre ellos el diario Avui, Catalunya Ràdio, El Periódico, La Vanguardia, el ARA, Time Out y Nació Digital. Y como escritora ha publicado una decena de libros, nómina que se verá incrementada el próximo febrero cuando salga publicado un nuevo libro hecho a cuatro manos con la ilustradora Eva Armisen, y también ha recibido varios premios literarios como el Josep Pla, el Marian Vayreda, y El Barco de Vapor.

Porque sabemos que no le gusta nada que le hagan entrevistas le agradecemos enormemente que nos haya concedido esta.

Mil gracias a Rosa Sensat por el premio a Catorze. Intentamos mimar los temas de educación y este premio nos ha hecho mucha, muchísima ilusión.

Cuando te enteraste que Rosa Sensat había concedido el galardón Marta Mata 2020 en Catorze hiciste un tuit donde decías: “Mira, una buena noticia. Que Rosa Sensat dé un premio a Catorze por el trabajo que hacemos a favor de la educación nos da sentido. Y creo que lo más importante en la vida es hacer cosas con sentido.» ¿Cómo valoras que una asociación con una trayectoria educativa de más de cincuenta años como Rosa Sensat premie un medio digital de cultura con cerca de siete años de vida como Catorze?

Lo encuentro un lujo y un privilegio. Me siento en deuda con la escuela donde me llevaron los padres, una de esas escuelas catalanas y activas que nacieron a finales del franquismo, impulsadas por familias y maestros vinculadas a Rosa Sensat.

Catorze es un medio de comunicación que consideras muy bien como una criatura tuya, ¿verdad?

Sí, totalmente. Catorze era y es un proyecto personal modesto que se ha ido haciendo mayor. En 2013 dejé como diputada independiente el Parlament, por motivos que serían largos de explicar. Tenía cuarenta y cuatro años y me vi obligada a montar algo, porque me pareció que encontrar un trabajo como asalariada a mi edad me sería difícil.

Y montaste un nuevo medio de comunicación a pesar de saber la profunda crisis que sufre desde hace años el periodismo… ¿Qué te hizo decidir a sacar adelante una revista digital donde, además, se sumaba la cultura y el catalán?

La inconsciencia, tal vez. Y una seguridad extraña que me decía que tenía que hacer esto. Me he dedicado desde siempre a la escritura y al periodismo cultural y no me quería mover de este terreno. Tenía todas las de perder, sí: partía de muchos hándicaps. Hice una apuesta de riesgo. Y aquí sigo, avanzando por la cuerda floja.

¿Y con quién empezaste a andar por esta cuerda floja?

Conmigo misma, con una serie de colaboradores que se quisieron sumar y con la indemnización que había cobrado en 2010 cuando me apunté a un ERE del diario Avui, donde trabajaba como periodista cultural. Al principio lo hice todo absolutamente yo sola, invirtiendo tiempo y dinero. Más adelante entró a trabajar una segunda persona, y Catorze comenzó a funcionar como pequeña empresa.

¿Cómo de pequeña es esta empresa?

Catorze aviat farà set anys, i els col·laboradors han anat canviant. Però hem crescut una mica i ara el mitjà té tres redactores: la Gemma Ventura, l’Andrea Jofre i la Valentina Pagnucci. El col·laborador més antic és l’il·lustrador Ignasi Blanch, que hi és des del primer dia.

¿Esperabas que en sólo siete años Catorze tendría el éxito que ha tenido?

Recuerdo que creé Catorze convencida de que era el proyecto profesional de mi vida. No puedo negar que Catorze tiene audiencia y reconocimientos, y es una especie de milagro teniendo en cuenta los medios de que disponemos. Dos años después de haber nacido ya nos consolidamos como el medio líder en el ámbito cultural.


«Hacer un medio a favor de la cultura y la educación, desde una voluntad constructiva, tal vez no era una idea tan descabellada ni condenada al fracaso como podía parecer de entrada.»

¿Cuáles son según tú las claves del éxito de la revista?

Intentamos trabajar de forma artesanal, cuidando mucho todo lo que hacemos y teniendo presente el sentido de cada cosa que hacemos, y diría que eso se nota en el resultado. Vamos a nuestra merced, no hacemos un seguimiento estricto de la actualidad. Trabajamos con una libertad absoluta e irrenunciable. Catorze es un medio hecho desde la ilusión. Intentamos compensar unos recursos forzosamente limitados con una ilusión sin límites. Hacer un medio a favor de la cultura y la educación, desde una voluntad constructiva. Quizá no era una idea tan descabellada ni condenada al fracaso como podía parecer de entrada.

La Covid está añadiendo más piedras a la crisis que sufren desde hace años los medios de comunicación. En Catorze ¿cómo os está afectando la Covid-19?

Nos afecta tanto que, francamente, no sé si podremos salir adelante. Tenemos mucha audiencia pero hemos perdido buena parte de los ingresos, porque nosotros dependemos en parte de los anuncios de teatros, festivales musicales, actividades culturales: todo lo que se ha detenido con la pandemia. También hemos tenido que parar los talleres de escritura presenciales que impartimos desde Catorze, que eran otra fuente importante de ingresos.

Pero a pesar de las dificultades del camino, Catorze ya tiene las vitrinas fuerza llenas de premios y reconocimientos, como el 15º Premio Lletra de proyectos digitales, en 2015, el premio Buenas Prácticas de Comunicación no Sexista en 2017, el Premio Nacional de Cultura , en 2018, y ahora el Galardón Marta Mata. De todos modos, y teniendo en cuenta la pérdida de ingresos que está sufriendo por la pandemia, ¿cuál sería el mejor premio que podría recibir?

Ahora mismo el mejor premio sería que acabara la pandemia, que se reanudara la actividad cultural y que pudiéramos sobrevivir.

En el acto de entrega del Premio Nacional de Cultura dijiste que «la cultura es lo que nos queda cuando todo lo demás se rompe». En esta época tan compleja y con tanta angustia que vivimos, donde tantas cosas que parecían permanentes se están rompiendo, ¿qué papel crees que debe tener la educación?

No hay nada más importante, nada, que la educación de los adultos del futuro.


«El acceso a la cultura pasa por la educación pública de calidad.»

Catorze, a pesar de ser un medio esencialmente de cultura, tiene la educación como uno de sus grandes intereses. ¿Puede haber cultura sin educación, o educación sin cultura?

Para mí, cultura y educación son dos cosas que van totalmente ligadas. El acceso a la cultura pasa por la educación pública de calidad. La cultura y la educación comparten objetivos, son del todo esenciales y es un error que los gobiernos no las prioricen. Una de las redactoras de Catorze, Gemma Ventura, es maestra de formación y es la responsable de los temas de educación. Hemos recibido el premio Marta Mata gracias al savoir faire de Gemma.

En una entrevista que te hizo Ignasi Aragay, en el año 2014 en el diario ARA, dijiste que «la cultura es una herramienta de transformación y de cohesión social, nos hace mejores como personas, nos hace mejores como país, y mujer sentido a lo que somos». ¿Cómo crees que está contribuyendo Catorze a hacernos mejores como personas y como país?

Uy, eso son palabras mayores. Catorze intenta dar difusión a las cosas buenas que se hacen en el ámbito cultural, aquí y en todo, y es en sí misma una plataforma de creación. Algunas nuevas voces del panorama literario catalán han salido de Catorze: ayudar a descubrir talento es muy estimulante. Contribuimos a visibilizar el arte, la música, la literatura, el teatro… No hablamos de todo lo que se hace, sino sólo de lo que creemos que vale la pena. Esto nos ha dado un poder prescriptor elevado, lo que nos llena de orgullo y de responsabilidad. Desde Catorze aspiramos a ser, hacer y encomendar cultura. Porque, como me dijo un día Salvador Sunyer, «si somos los libros que hemos leído y vivimos en un país donde la gente no lee, ¿qué demonios somos…?».

En la misma entrevista decías que «somos los libros que hemos leído, las canciones que hemos escuchado, las películas que hemos visto». ¿Somos también los maestros que hemos tenido?

Sí, y las escuelas donde hemos ido. Sin duda.

¿Recuerdas algún maestro que te haya influido en la vida?

Y tanto. Casi todos los de la escuela Arrels, pero especialmente Eduard Franquesa, que nos enseñaba física y nos llevaba de noche a mirar el cielo. Eduard fue alumno hace cuatro años del taller de escritura que imparto en Catorze, y fue como cerrar un círculo.

Uno de los rasgos característicos de Catorze son las alianzas y complicidades que ha tejido durante estos cerca de siete años con otras revistas de cultura, entidades culturales y educativas y personas «literata». ¿Esta red que ha creado en torno vuestro os ha servido para crecer más sólidamente?

La situación es tan precaria que, si no nos ayudamos entre nosotros, mal asunto. Es cierto que nacimos con la intención declarada de establecer complicidades dentro de un sector que no está precisamente libre de traiciones y cuchilladas y envidias. Me gusta más construir que destruir, mira. Yo ahora mismo no hablaría de crecimiento porque no tengo claro que tengamos que crecer más: aspiro sólo a mantenernos sin tener que sufrir tanto. Y deberían salir los números, esto también.

En un tuit reciente escribiste: «Quizás la única certeza que tengo en la vida es que los planes de futuro se van siempre a la mierda.» ¿Eres capaz hoy de imaginarte un futuro para Catorze?

Me resisto a imaginar futuros de ningún tipo para que la vida me ha enseñado por la vía dura que los futuros no son nunca como los imaginamos. Catorze se llama así porque nació en 2014, y la idea era que al cabo de unos años el nombre hubiera adquirido entidad propia. Nacimos con la intención de perdurar mucho más allá de 2014 y parece que llegaremos el 2021: viva.

Has definido alguna vez Catorze com «el vestuario donde encontramos la pieza adecuada para sacudirnos el frío». Como lector asiduo de la revista te puedo decir que lo ha conseguido sobradamente, y os lo agradezco de todo corazón, como seguro que hacen todos sus lectores.

No sabes como me gusta (y como me abriga) que me digas eso.

Muchas gracias, Eva, por esta entrevista, y te deseamos a ti, a tus colaboradoras y colaboradores, y a Catorze mucha suerte y un futuro que esperamos dulce, bondadoso y generoso.


Jordi Navarro i Domènech

Rosa SensatCatorze 14



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