Educación Montessori en casa y en la escuela
Durante los primeros tres años de la vida del niño, se sientan las bases para su futuro desarrollo. Montessori denomina a este período como el del ”embrión espiritual”, durante el cual realiza en la esfera psicológica el que el embrión realizó ya en la esfera física. Este proceso se consigue gracias a la “mente absorbente” del niño que incorpora experiencias, relaciones, emociones, imágenes, lenguaje, cultura, a través de sus sentidos y por el simple hecho de vivir.
Estas experiencias de vida dan forma a su cerebro, constituyendo redes neuronales que tienen el potencial de permanecer con la persona toda la vida. En esta etapa del nacimiento a los 3 años, la educación Montessori se concentra en el desarrollo del habla, el movimiento coordinado y la independencia, que le dan confianza al niño, le permiten descubrir su propio potencial y su lugar dentro de una comunidad.
Teniendo en cuenta, pues, que el último propósito del niño es la independencia, como padres y madres o educadores podemos integrar elementos de juego y mobiliario Montessori en nuestro o la escuela para facilitar esta gradual adquisición de las habilidades que le ayudarán a conseguirla. Y es que cada niño o niña nace con una “guía interna” y debemos proporcionarles oportunidades para elegir, actuar, pensar y expresarse sin obligación o dominación.
¿Cómo hacer de nuestra casa o de la escuela un entorno Montessori?
Para integrar la educación Montessori en nuestro o en la escuela hay que aplicar los principios fundamentales de orden, estética, interés y objetivo. Y donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo del niño o la niña. Por eso es importante que los maestros y las madres y padres lo hacemos teniendo en cuenta sus verdaderas necesidades y permitiéndole ser autónomo, participar en la cocina, limpieza, responsabilizarse de sus propias cosas, realizar las actividades al su propio ritmo.
En este sentido, es imprescindible encontrar posibilidades de ofrecer a nuestros hijos la libertad de elegir elecciones reales y de relevancia. Asimismo, hay que facilitarles el tiempo que les permita concentrarse en su actividad elegida sin ser interrumpidos o molestados. Incluso la actividad más insignificante puede ser de gran relevancia en su desarrollo interno y debe permitirse el tiempo necesario para concentrarse en la actividad hasta que ésta termine.
Una casa o un aula o escuela Montessori promueve la independencia del niño o la niña en la exploración y el proceso de aprendizaje. La libertad y la autodisciplina hacen posible que cada niño encuentre actividades que dan respuesta a sus necesidades evolutivas. Por ejemplo: durante los primeros tres años de su vida tienen una tendencia muy fuerte hacia el orden, por lo que podemos apoyar esta tendencia manteniendo un lugar para cada cosa. Si son expuestos a este ritual diario, participarán activamente en ordenar y recoger los materiales después de su uso. En este contexto, por ejemplo, grandes cajas de almacenamiento y estanterías inaccesibles no fomentan el desarrollo del sentido del orden en el niño. Las estanterías deberían estar a su altura, con cestas y otros contenedores para una selección limitada de juguetes y actividades que puedan llevarse a cabo y ser recogidos después.
Los juegos y juguetes Montessori
Los juegos y materiales Montessori son realistas, manipulables y adecuados a su medida. Tienen su propio control de error y permiten realizar gradualmente ejercicios de mayor dificultad. Estimulan el deseo de conocimiento e independencia. Del mismo modo, están orientados a representar la realidad y plantear desafíos que, por supuesto, tienen el objetivo de enseñar, pero también de impulsar la autoestima, la confianza y la percepción de valía.
Por otro lado, si atendemos a la preparación minuciosa del entorno que indica María Montessori, los juegos (así como el mobiliario) siempre deben estar adaptados: inspirados en la realidad y no en la fantasía, además de encontrarse a la altura de los niños y bien ordenados, para ofrecerles la posibilidad de interactuar con plena libertad y conciencia, tal como hemos comentado anteriormente.
- En su fabricación se utilizan componentes de alta calidad, muchos de ellos naturales, como la madera, el vidrio, los tejidos biológicos o el papel.
- Estimulan su imaginación, ya que suelen ser menos llamativos que los de plástico (llenos de colores y sonidos sobreestimulantes).
- Son más duraderos. Aguantan mejor el paso de los años y no se deterioran tan fácilmente como los de plástico.
- Se produce una mayor conexión con la naturaleza, para lo que nuestros genes están programados.
Los materiales, juegos y juguetes Montessori son un magnífico medio para aplicar su metodología en casa o en la escuela, y aunque no necesitas tener formación reglada, siempre puedes saber más a través de los libros que hablan de ella y de su método. Pero, sobre todo, trabaja para ser un adulto consciente y recuerda que ante todo eres un ejemplo. En este sentido te ayudará saber más sobre la crianza positiva.
150 años del nacimiento de María Montessori
El 31 de agosto de 2020 se conmemoran 150 años del nacimiento de María Montessori. Inició su método sin tener mucha conciencia de la meta a la que llegaría y sin proponerse ningún programa claro, ni ninguna concepción educativa del camino que debía recorrer. Su pensamiento se desarrolló gradualmente y ella decía constantemente que los niños debían ser ellos mismos los que deberían describir las mismas leyes de la educación. «Los mejores maestros de los niños son los mismos niños».
El pensamiento que usó María Montessori en su método ha hecho posible algunos acontecimientos sobre cuestiones pedagógicas actuales, las cuales se han reflejado en la pedagogía contemporánea. Por ejemplo: la relación entre el entorno y la educación, la organización del proceso de enseñanza-aprendizaje, el uso de procedimientos, técnicas y materiales relacionados con la verdadera intervención pedagógica. Y sobre todo, dando énfasis a la importancia de tener en cuenta, el desarrollo individual de cada niño.