¿Cómo afrontar el duelo con niños y jóvenes en tiempos de COVID?
Durante los últimos meses, nuestros niños han tenido que aprender a vivir con un mundo muy diferente al que había antes de marzo de 2020. Comercios más vacíos, distancia de seguridad, no pudo ver ni abrazar a los abuelos, tíos, primos… En algunos casos, sin embargo, esta distancia no podrá nunca volver a ser la que era dado que, por el camino, hemos perdido familiares y amigos. La vida y la muerte han estado más presentes que nunca a lo largo de esta pandemia y muchos niños y niñas la han vivido de cerca. Y nos toca respirar bien profundo y comenzar el camino de superar el duelo. ¿Cómo encaramos ciertas preguntas y angustias de nuestros hijos ante un tema tan delicado? En muchos casos, no nos hemos podido despedir de la persona, ¿qué podemos hacer?
El duelo por la muerte es una experiencia dolorosa que a menudo evitamos a los niños. A los adultos nos cuesta tratarlo y no siempre sabemos acompañar a los niños y jóvenes en su proceso de duelo. Nuestras vivencias respecto de la muerte y el miedo al sufrimiento de los niños y jóvenes pueden dificultar afrontar la muerte como un acontecimiento vital natural, y especialmente en el contexto actual de la pandemia por la Covid-19.
De hecho, los adultos que acompañan a los niños y jóvenes en el proceso de duelo también lo pueden estar pasando en primera persona. Es normal sentirse desbordado o incapaz de ayudar a alguien desde el propio dolor. En este caso, no se debe dudar en pedir una mano a personas cercanas o contar con la ayuda externa de un profesional. La forma en que los adultos reaccionamos y gestionamos el duelo es clave para ayudar a los niños y jóvenes a superar la pérdida.
A continuación, queremos compartir algunos consejos para poder afrontar de la manera más natural posible una situación tan delicada.
¿Quién?
Es importante que quien hable con el niño o la niña sea una persona de referencia (madre, padre…), a ser posible con la pareja, mejor.
¿Dónde?
Se debe buscar un lugar tranquilo y sin posibilidad de interrupciones para poder hablar con él o ella con calma (si hay más de un niño, las pautas son las mismas pero adaptadas a la edad).
¿Cuándo?
Se debe elegir un momento en que el niño esté cómodo, receptivo y con las necesidades básicas cubiertas (comer, beber, dormir).
¿Cuánto?
Hay que estar en disposición de pasar un buen rato hablando y sobre todo hay que estar preparado/a para hacerlo de un hecho tan doloroso como perder aquella persona que tanto amaban. Si durante el proceso afloran las emociones, es bueno darse permiso para mostrar los sentimientos propios.
¿Cómo?
Podemos empezar diciendo que tenemos que comunicar una noticia muy triste. Es importante dejar tiempo para que vayan asimilando lo que les comunicamos. Intentaremos que los niños también puedan preguntar y dejaremos espacios de silencio. Cuando salga como, por qué y cuándo, podemos hablar de la Covid-19, o Coronavirus, y aunque quizás muchas cosas ya las sepan a estas alturas, no está de más explicar que es un virus muy contagioso que hace que se compliquen las enfermedades que ya se sufren anteriormente y que afecta sobre todo a las personas más vulnerables, como las personas mayores, y las que ya tienen algunos problemas de salud.
Podemos añadir también que cuando se está enfermo de Coronavirus se aislará la persona enferma para que no se contagie a más gente, porque es un virus que se pasa entre las personas muy fácilmente (por eso el año pasado estuvimos encerrados a casa), y, aunque los profesionales de la salud utilizan todas las herramientas que pueden para ayudar a los enfermos, hay gente que está más débil, se ponen muy enfermos, no son capaces de superar la enfermedad y mueren. Si nos preguntan si nosotros (o los niños) también podemos enfermar, les podemos decir que aunque cogiéramos la enfermedad, durante un días estaríamos mal y quizás deberíamos estar en la cama, pero que nos pondremos bien. Hay que explicar que perder un ser querido es doloroso, que es normal llorar y también no hacerlo, que cada uno lo pasará como podrá y que es importante hablar y hacerse lado en los momentos más dolorosos. Es necesario que sepa que estaremos allí siempre que nos necesite y le ayudaremos. Es importante que poco a poco, con cierta flexibilidad al principio, sigan las rutinas habituales y no se aíslen.
Reacciones
Es normal sentir tristeza, rabia, frustración, miedo… Y hay que estar preparado/a para diferentes tipos de reacciones, como indiferencia, llantos, gritos, negación u otros. Todo el mundo es diferente y lo vivirá de una manera única. Hay que respetar y acompañar estas reacciones, siempre que no se haga daño a él/ella mismo/a o a terceras personas.
Hay que recordar que en niños de corta edad (usualmente de menos de 5 años), el concepto de muerte aún no se entiende como un hecho irreversible, por lo tanto, pueden hacer preguntas poco esperadas, es normal. Hay que contestar con naturalidad y decirles que “no lo sabemos”, si realmente no tenemos respuesta. No pasa nada, no saber una cosa en concreto es normal; de hecho, nos hace más humanos. Del mismo modo, los niños tienen un duelo muy natural del que van entrando y saliendo. Por tanto, se entiende como reacción normal que un niño llore por la pérdida del ser querido y acto seguido, con un intervalo muy breve de tiempo, pase a jugar de manera alegre.
Despedida
Si no se puede ver a las personas que mueren, ni ir a su entierro porque también hay peligro de contagio, la solución que nos queda es despedirnos desde nuestros hogares. ¿Cómo lo podemos hacer? Llevando algo al tanatorio para que esté cerca del fallecido (mejor si la idea sale de ellos mismos). Podemos hacer un dibujo, escribir una carta, un poema, una canción… También se podrá hacer un homenaje más adelante para despedirse de la persona amada con el resto de la familia. En casa, por ejemplo, podemos encender una vela y pensar en la persona amada y o poner una fotografía y hacer como un pequeño altar con flores o dibujos. Este altar nos servirá para sustituir la ceremonia de entierro. Puede durar unos quince días que puede ser suficiente para no quedarse bloqueado en esta fase del proceso del duelo.
Los libros, en estos casos, pueden ser un buen recurso para poder explicar la muerte, la despedida y el duelo. Sabemos que es un tema difícil, y por este motivo, queremos compartir también un listado de libros que te podrán dar apoyo para poder hablar con los niños y niñas. Hay muchas perspectivas dentro de los cuentos, el símil de la naturaleza es uno de los más habituales cuando se habla genéricamente de la muerte. En otros, encontrará que se habla de casos concretos: padre, madre, hermanos, abuelos y abuelas, amigos, etc.
Como libreros, nuestro consejo es que deje que los niños y niñas lean la historia solos o acompañados, y que hagan preguntas. Que hablen, que saquen todas las inquietudes que puedan tener, este momento con ellos será muy importante y la ayuda de una historia nos puede servir de guía. Desgraciadamente, no podemos parar algo tan grande como es la muerte. Forma parte de nosotros y tenemos que aprender a entenderla.
Fuentes:
- DipSalut. Organismo de salud pública de la Diputación de Girona.
- Axios.cat. Soporte psicológico a la administración. Unidad de crisis y emergencias.
Dolors Cabrera
Libretera de Abacus Girona