¡STEAMos en Navidad!
Seguramente, ahora que viene Navidad, has visto alguna sección de juguetes que son STEM o STEAM y tienen que ver con cosas que antiguamente llamábamos científicas. También es posible que hayas visto robots, juegos de piezas (por no decir marcas) y otras propuestas que incluyen este acrónimo. Podría ser que los niños y jóvenes de vuestra familia os digan que en el “cole” o en el “insti” hacen cosas de STEAM. Quizás hacen una extraescolar llamada STEAM o incluso se han ido de colonias STEAM. ¿Nos STEAMos volviendo locos o qué?
Vale, vale… ¿Pero qué quieren decir estas palabras? ¿De dónde vienen? Y lo más importante: ¿por qué se están abriendo paso con tanta fuerza en los ámbitos educativos tanto formales como no formales?
¿De qué STEAMos hablando?
Vale, no os engañaré: las STEAM tienen un nacimiento algo oscuro con unas intenciones que no serían precisamente pedagógicas ni éticas. Como dicen en un famoso programa de radio: vamos a poner luz en la oscuridad (al menos lo intentaremos).
Las STEAM vienen del inglés Science, Tecnology, Engyniering, Arts and Mathematics (ciencias, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas). En los años 90 en Estados Unidos se empieza a utilizar el término STEM por primera vez con el objetivo de fomentar el interés por las carreras científico-técnicas. Más tarde, en 2006 se añade la educación artística y se utiliza el término STE(A)M.
Pero realmente la primera vez que aparece un acrónimo similar (SMET) es en un documento militar hacia los años 50. En el documento del Ministerio de Defensa decía más o menos: ¡Espavilad, chicos! Debemos invertir en hacer formación SMET en las escuelas porque los comunistas nos pasarán la mano por la cara en todo y encima ganarán la conquista del espacio.
Bien, quizás el comunicado no era exactamente así, digamos que es una interpretación libre del sentimiento que se vivía en plena guerra fría. Pensad que la Unión Soviética acababa de pasarles la mano por la cara enviando a una perra al espacio dentro del Sputnik. Si sepas lo que inició la pobre Laika…
¿Recordáis la típica feria de ciencias de todas las series americanas? Pues de eso STEAMos hablando. Todas las escuelas americanas hacían ferias de ciencias y participaban en concursos en todos los niveles. De hecho, se gastó en educación STEM más dinero que en ningún otro estado del mundo en la historia. Ya sabéis que, en EEUU, cuando van, van fuerte. El problema fue que se centraban mucho en el objetivo de la feria pero no se centraban en cómo funcionaba la ciencia realmente y claro, al final montaban el show pero poco aprendían.
Hacia los 90, el STEM se centra más en las formas de pensar y ver el mundo de la ciencia, la ingeniería y las matemáticas e intenta enseñar los procesos y las formas de hacer. De aquí a aquí hemos ido aprendiendo a hacerlo mejor y ahora podríamos decir que cada vez tenemos más claro porque es interesante educar en STEM.
Pero la necesidad, o mejor dicho el objetivo de quien pone el dinero, no ha variado tanto: no quedarse atrás en I+D y ser competitivos a nivel internacional. Sacar pecho, ganar. Bigger, Better, Faster, Stronger. Ser los mejores pasa por tener la mejor ciencia, la mejor tecnología y la gente más preparada. Si el objetivo es éste, se aleja sin remedio de lo que queremos en las aulas.
Además, hay un pequeño problema: este sector tiene un sesgo que discrimina a más de la mitad de la población: las mujeres y las personas que están en situaciones más desfavorables. Las STEM son para gente que tiene dinero. Concretamente para los chicos de las familias que tienen dinero. No vamos bien por este camino y es un error estructural que no ha variado demasiado de la idea que tuvieron aquellos señores blancos y de clase media-alta del Ministerio de Defensa de EEUU.
Y ahora, ¿cómo STEAMos?
Pues no te engañaré. STEAM es un concepto en construcción que además está de moda y todo el mundo quiere apropiarse de él. La gente que STEAMos en STEAM (es que da mucho juego la palabra, disculpa) queremos alfabetizar a STEAM. Queremos que las STEAM sirvan a la gente y no que la gente sirva a las STEAM. Queremos que los aprendizajes que se generan con esta mirada o contexto o cultura sirvan para mejorar la vida de la gente, para hacerla más justa para todos y para que las personas menos privilegiadas de la sociedad puedan conseguir la suficiente agencia como para salir adelante de una forma digna.
Actualmente, la definición que me sirve es la de Digna Couso que habla más de alfabetización STEAM. Es decir que “las personas sean capaces de identificar, aplicar o reflexionar sobre las formas de hacer, pensar y hablar de la ciencia, la ingeniería y la matemática de manera más o menos integrada para comprender, decidir o actuar ante problemas complejos y para construir soluciones creativas e innovadoras aprovechando las sinergias personales y las tecnologías disponibles de forma crítica, reflexiva y con valores.” (Couso, 2017)
En resumen, lo que nos dice Couso es que educar en STEAM debe servir para que la sociedad entienda cómo funcionan estas disciplinas y utilice este conocimiento para hacer cosas, para pedir cosas, para actuar y para mejorar sus vidas.
Queremos que se nos tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones, queremos estar informadas. ¿Pero realmente podemos tomar decisiones lo suficientemente argumentadas como para estar seguros de lo que respondemos? ¿Cómo sabemos que lo que nos dicen es cierto en esta época de fakenews y clickbait?
Hazte estas preguntas y verás que la respuesta no es fácil:
¿Por qué sube la luz si el problema es con el gas? ¿Me sale a cuenta poner placas solares? ¿Cómo puedo arreglar la cafetera sin gastarme mucho dinero? ¿Cómo puedo controlar mi casa con el móvil? ¿Por qué si soy mujer los fondos de pantalla no me quedan bien? ¿El aire que respiro es sano? ¿Los transgénicos deberían prohibirse? ¿Cómo puede que todavía no se haya curado el cáncer? ¿Tenemos que vacunar a los niños contra la COVID?
Ésta última, además, es una decisión que hemos tenido que tomar ya si tenemos niños. Son cosas en las que difícilmente tendremos una opinión clara si no entendemos cómo funcionan las STEAM y estaremos a merced de otras personas que tomarán las decisiones por nosotros porque tienen los conocimientos para hacerlo o sencillamente porque son los que gestionan los recursos. Y, sinceramente, las personas que controlan los recursos no tienen demasiada pinta de ser muy STEAM, ni de querer poner la vida de las personas en el centro…
Tenemos una necesidad de alfabetizarnos en STEAM para poder participar de la sociedad en la que vivimos, pero tenemos más problemas:
Las chicas consideran que los estudios de ciencias, ingeniería y matemáticas no son para ellas en una proporción muy grande. Las chicas, por alguna razón, aprenden que no son suficientemente buenas para estas profesiones antes de acabar la primaria. Y, a pesar de que los resultados de las chicas son mejores en todas las disciplinas STEM, ellas creen que no sirven. O mejor dicho. De alguna manera, las familias, docentes y el sistema en general las hacemos creer que es mejor que no se dediquen a ello. Y es grave porque las nuevas tecnologías las siguen pensando los hombres, descuidando a la mitad de la población. Si desea más información de cómo está el panorama mundial hay un informe de la UNESCO demoledor.
El otro problema tiene que ver con la equidad social. Todo el merchandising STEAM (talleres, cursos, extraescolares, juguetes, oportunidades) no puede aprovecharlos todo el mundo. Vale dinero, a veces mucho dinero, y no todo el mundo puede permitírselo. Según dónde hayas nacido no podrás acceder a este conocimiento y a este modo de trabajar. Y son estas personas las que más podrían beneficiarse de este conocimiento.
¿Cómo hacer que llegue a todo el mundo? Pues desde la escuela pública, garantizando que esto no se quede en las clases más privilegiadas. Se han empezado a poner recursos (pocos, demasiados pocos) en esta línea. De hecho, tenemos 168 centros en Catalunya dentro del programa STEAMcat que promueven esta mirada en la que el profesorado se está formando y se están haciendo cosas muy interesantes. Además, me consta que hay iniciativas en ayuntamientos y diferentes territorios para promover que el STEAM llegue a todo el mundo.
La alfabetización STEAM también va de las competencias asociadas a las mates, las ciencias y la ingeniería como resolver problemas, entender causas y consecuencias, indagar, crear, diseñar, prototipar, aplicar el ingenio… Tiene más que ver con la cultura maker, el DIY, la ciencia ciudadana o el aterrizar el STEAM a pie de calle y en casa de todos.
La cultura STEAM que queremos promover es la de empoderar a la gente a hacer cosas por su cuenta, ya no depender de las empresas o los políticos. Es ser capaces de encontrar soluciones a problemas complejos como el cambio climático u otros problemas complejos como conseguir domotizar mi casa de forma económica. O de cosas más básicas como consumir de forma responsable o evitar los abusos de las empresas de suministros básicos.
También ayudan a tener las llamadas competencias del siglo XXI: competencia digital, participación activa, competencia por la sostenibilidad, pensamiento crítico, etc. Aquí tengo que explicarte, ahora que ya tenemos confianza, que, sacando la digital, podrían ser perfectamente las de cualquier siglo.
Además, cada vez más trabajos requieren integrar estos conocimientos. En el campo utilizan drones y ordenadores para controlar las cosechas, en medicina se aplica la nanotecnología, la bioingeniería e incluso se testan medicamentos en programas informáticos o en órganos realizados con impresoras 3D. Preparar a niños y jóvenes para estos trabajos y otros que no existen es una necesidad de la sociedad.
Las STEAM para conseguir esto son una buena idea.
STEAMos acabando
Así pues, para resumir en cuatro ideas:
- Las STEM o STEAM tienen un pasado oscuro, capitalista y nada “educativo”. Están de moda y se utilizan para todo, y muchas veces se llama STEAM a cosas que no lo son.
- Las empresas y gobiernos tienen intereses en potenciar estas disciplinas y no siempre coinciden con los intereses de la sociedad.
- Desde muchos ámbitos educativos se trabaja más con la idea de alfabetización STEAM que promueve ayudar a formar a una ciudadanía más crítica, participativa y preparada para afrontar los problemas del siglo XXI (tanto los mayores como los más pequeños de cada día). Y hacerlo con criterios como la equidad y la justicia social.
- El hecho de juntar disciplinas favorece que el aprendizaje sea más transversal y, por tanto, los aprendizajes no están tan parcelados y se consiguen cosas como aprender a colaborar, a participar, a espabilarse…
Para acabar por dónde empezaba y por si estáis haciendo la carta a los Reyes o estáis pensando en qué debe cagar el Tió no os dejéis enredar:
Los juguetes y en general las “cosas” STEAM no son STEAM per se, a menos que haya alguien detrás que le aporte la mirada y el enfoque STEAM. Unas bonitas maderas pueden ser tan STEAM como un robot de más de 200€. STEAM depende más de las personas que de las “cosas”. Depende más de las intenciones. Depende de las ganas de aprender y disfrutar.
¡Muy felices fiestas y disfrutad de la gente que queréis!
Formador de Rosa Sensat
