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La literatura en la educación infantil

La literatura a l’educació infantilEn el marco de los vermuts literarios de la pasada Escuela de Verano, Joan Portell conversó con Cristina Correro y Neus Real, coordinadoras del libro La literatura a l’educació infantil, número 73 de la colección Temes d’Infància. Hablaron de qué se considera literatura infantil y de su trabajo en la Universitat Autònoma de Barcelona con las estudiantes del grado en Educación Infantil.

Joan Portell: ¿Cuál es la génesis de este libro?

Cristina Correro: Neus y yo decidimos poner en marcha este proyecto hace ya varios años. Todo viene del vínculo que establecimos con el grupo Arte y Literatura de la Asociación de Maestros Rosa Sensat, que estaban haciendo muy buen trabajo acercando la literatura a las primeras edades. Vimos que libros de literatura hay muchos, pero se leen pocos. Y los libros que hablan sobre cómo llevar la literatura en la escuela son muy académicos. Y nosotros queríamos ofrecer una caja de herramientas, unas ideas, unas vivencias y un saber hacer a todos los maestros de educación infantil e incluso hasta el primer ciclo de primaria, es decir, de 0 a 8 años. También queríamos un libro especialmente para estas etapas, que fuera interdisciplinario. Es decir, donde participaran personas que estuvieran en la escuela, gente que dominara un corpus de biblioteca y que también viniera de otros ámbitos científicos, como podría ser la psicología, en el caso de Montse Colillas.

Para trabajar en este proyecto interdisciplinario de cómo llevamos este tipo de libros a los niños que son muy pequeños había habido alguna obra, como la de Roser Ros y Teresa Duran, dirigida a los más pequeños, pero no bajo esta óptica interdisciplinaria que implica diferentes personas. Queríamos romper un poco estas casillas y hacer una obra donde participara todo el mundo. Porque nosotros podemos teorizar sobre cuáles son las ventajas. Pero no como lo llevamos a cabo y con qué proyectos dentro de la escuela. Por lo tanto la idea sale de hacer una obra útil para maestros, educadoras, e incluso para las familias. Se incluyen pequeños apartados que explican cómo leer, por qué leer en la educación literaria infantil, qué libros debería leer y finalmente, diferentes experiencias. La génesis nace en un encuentro con personas y de la voluntad de hacer una obra que sea leída, que circule por las escuelas y que sea útil en todas las esferas.


La literatura en la educación infantil“De cómo llevamos este tipo de libros a los niños que son muy pequeños había habido alguna obra, como la de Roser Ros y Teresa Duran, dirigida a los más pequeños, pero no bajo esta óptica interdisciplinaria que implica diferentes personas.”


Neus Real: El libro lo concebimos como un instrumento que pudiera facilitar justamente el trabajo con los libros en la escuela y en otros espacios, en casa, en la biblioteca, etcétera. Los primeros apartados del libro los escribimos para enmarcar las experiencias que habíamos conocido en el grupo de trabajo de Rosa Sensat.

El primer capítulo lo escribió Montse Colillas. Como reputada psicóloga, con mucha experiencia y muy conocedora del 0-3, inicia este recorrido. Recorre las etapas de desarrollo cognitivo, psíquico y motriz de los niños de 0 a 6 años. Y va desgranando un poco y recomendando cuáles son los libros más idóneos e interesantes para los niños en cada momento del desarrollo y del crecimiento, a fin de ayudar a los adultos, desde la familia hasta la guardería, y en otros espacios de producción lectora, a comprender cómo los niños establecen este contacto y esta relación con un libro. En esta etapa del 0-3, los libros se convierten en un objeto más con el que el niño se relaciona con el adulto y esta interacción es fundamental.

El segundo apartado lo hizo Rosa Gil, maestra, psicóloga hace muchos años. Un apartado que hace de puente entre el currículo y esta primera entrada a la educación literaria formal desde la mirada educativa. Pone en relación el currículo (lo que está prescrito los 0 a los 6 años cuando hablamos de educación literaria o contacto de los niños con los libros o primeros pasos en el proceso de formación como lectores literarios y como lectores en general y por el que cualquier persona debería pasar), la lengua y dimensión oral en contacto con la literatura y el paso a la lengua escrita.

En el tercer capítulo explicamos qué libros, qué espacios, qué actividades nos ayudan a hacer realmente la formación de lectores de los 0 a los 8 años. Estos tres apartados son tres pilares fundamentales que nos vienen de la tradición de Teresa Duran. Sobre los espacios mismo, cuando entramos en un lugar enseguida ves si la lectura es importante o no: hay quien sólo tiene una repisa en un rincón con cuatro libros de cualquier manera y esto envía un mensaje clarísimo. En cambio hay escuelas que tienen un rincón lector, atractivo, que te llama, escuelas que cuando abres la puerta lo primero que ves es un sofá y cestas de libros.

J. P.: También en la guardería es esencial que tengan este espacio.

N. R.: Sí, en la guardería también. Es esencial que el espacio invite. En estos últimos años hemos aprendido mucho como hacer estos espacios lectores. Y cualquier territorio físico que nosotros pisemos puede ser un convite, una invitación a la lectura.

La literatura en la educación infantilSeguimos con los libros, el segundo pilar. El corpus. Aquí entra todo el libro en general, el relacionado con textos, trabalenguas, coplas … Y por último las actividades, lo que llamamos la movilización de los libros. Muy fácilmente lo que se hace en muchas escuelas y guarderías es la hora del cuento. Contar cuentos todo el mundo lo hace. O las maletas viajeras. Que ya sabemos que funciona. ¿Pero qué más se puede hacer? Hicimos una lista de actividades posibles. Damos ideas prácticas.

J. P.: Puede suceder que falle alguno de estos tres pilares -espacio, libros y actividades-. Donde nos podemos encontrar con un gran fondo bibliográfico y un espacio, pero no hay actividades desarrolladas o sin dinámica… ¿Es importante que todo vaya coordinado?

N. R.: Idealmente deberían ser los tres. Si por ejemplo no tienes el espacio que quieres, tienes que trabajar con lo que tienes y el espacio te lo inventas, dentro de cada posibilidad y en cada contexto. Si no tengo buenos libros y no tengo dinero para comprarlos, pues se puede buscar la colaboración con la biblioteca pública por si pueden dejar lotes de libros. También es mejor hacer alguna actividad aunque tengas pocos libros, que no no hacer nada. Lo primero que hay que ver es qué es más importante en cada lugar concreto y en cada contexto. Y trabajar hacia ese objetivo, hacia la tríada fantástica, que podríamos llamar.

C. C.: Es cierto que con los recortes que hemos sufrido y que sufriremos, puede que no haya presupuestos para la adquisición de libros. También hay que saber que aquí, en la Asociación de Maestros Rosa Sensat, hay una magnífica biblioteca infantil. Las maestras deben saberlo y nosotros animamos a que se sepa. Al grado de Educación Infantil de la Universidad ya lo decimos. En la biblioteca se preparan libros que luego salen en las escuelas. Por lo tanto, si no hay presupuesto o no hay libros, vemos que siempre hay maneras de resolverlo. Podemos ir a las bibliotecas municipales. Los libros están ahí.

La literatura en la educación infantilVolviendo a la biblioteca de la Asociación, se ha implicado en el cuarto apartado del libro. Desde la Universidad intentamos estar al día de todo lo que se publica, de todo lo que se debería publicar o de todo lo que se debería reeditar. Por eso con Amàlia Ramoneda, que hace este apartado, establecimos qué tipología de libros sería la más adecuada para esta etapa, porque todavía hay mucha confusión, porque hay gente que piensa que el 0-6 no es literatura , lo que me indigna mucho. Y llevo muchos años diciendo que esto es literatura. Y son libros de literatura. Dividimos los libros en diferentes tipologías que consideramos que, con respecto a la educación literaria, son los más adecuados para esta etapa. Y en cada tipología están los mejores libros, los top of the top. Hay libros que debería tener una guardería, una escuela de educación infantil, qué tipo de libros y qué podemos comprar. Pero nos encontramos con un mercado que produce más, más y más, pero no reedita. Los libros de la lista no se están reeditando, y esto es un drama.

Amalia Ramoneda, con la gente del grupo de trabajo, ha publicado una nueva bibliografía actualizada para 0 a 3, que debería ser de lectura obligatoria para todos de esta etapa. Cualquier persona interesada puede ver la tipología de libros y como son. Los libros se pueden sustituir, si es necesario, pero no la tipología.

En la formación de maestros, vimos que no había libros que mezclaran este vínculo interdisciplinario, que mezclaran esta múltiple mirada, que mostraran las experiencias reales.

Queremos dar voz a la gente de las escuelas, que sean las protagonistas. En las universidades hacemos unas tareas, pero en las escuelas hacen otras.

A partir de las experiencias didácticas que vivimos en el grupo de trabajo, seleccionamos las mejores, las que se hicieron con cuidado, con pasión, con una selección de libros idónea para la etapa, y con propuestas atractivas e interesantes que actualmente todavía se están haciendo.

J. P.: En el libro hay un capítulo que, tras leerlo, entran muchas ganas de ir a buscar Y prelibri de Bruno Munari y empezar a trabajar con ellos aunque no seamos niños. Para conocerlos a fondo y poderlos manipular. Este es el origen muchas veces de esta literatura de pequeños.

C. C.: Si miramos la producción actual y analizamos cómo son los álbumes actuales veremos que la génesis es en estos prelibri. Lo que es más criticable es que son carísimos. En bibliotecas de Brasil he visto como hay gente que tienen ejemplares compartidos, como ocurre aquí en muchas guarderías de un mismo municipio. Y también hay quien se les hace y lo que es más interesante: cuando los maestros se transforman en creadoras.


“Queremos dar voz a la gente de las escuelas, que sean las protagonistas.”


La literatura en la educación infantilEn el libro también hay un capítulo del E. B. M. Can Caralleu donde se ve como el equipo de maestros son capaces de sacar todo el jugo de un libro y hacen proyectos donde familias, niños y maestros entran y se preocupan. Es un proyecto ejemplar. También existe la maestra y bibliotecaria Cristina Angel, desde el Lycée Français de Barcelona, que está haciendo una educación literaria en mayúsculas. Los niños de 5 años saben más de Anthony Browne y de Kveta Pacovská que muchos catedráticos.

J. P.: Ya me gustaría que mucha gente tuviera estos dos nombres de la literatura infantil más entronizados. Habéis sido capaces de hacer una selección con los pies en el suelo con experiencias concretas que inspiran a muchos educadores a trabajar la literatura incluso desde enfoques diversos, con un nivel de calidad elevadísimo y totalmente exportable. Estamos en un momento estelar de la literatura infantil para la gente que está trabajando desde las bibliotecas públicas y desde los hogares y las escuelas con una gran experiencia.

N. R.: Hemos de decir que, cuando presentamos el proyecto del libro a Rosa Sensat, tuvo muy buena acogida. Y nosotros tuvimos todas las facilidades.

C. C.: Y facilidades también por parte de las escuelas. En el libro hay dos escuelas de segundo ciclo de educación infantil por méritos propios. Con la mítica y ya jubilada bibliotecaria Mariona Trabal.

N. R.: A veces desde la Universidad falta el contacto con la «trinchera», y es fundamental que cada vez haya más puentes. Los unos sin los otros no vamos a ninguna parte. Nosotros estamos haciendo formación de maestros en la Universidad y damos herramientas concretas para que cuando lleguen a las escuelas puedan hacer un buen trabajo, con una buena selección de libros y la creación de espacios adecuados. Y en el libro quisimos poner dos experiencias prácticas de dos contextos sociales muy diferentes. No es lo mismo el barrio barcelonés de Sarrià que Rubí. O experiencias, como la de I prelibri con criaturas de 1 año, que ya están explorando el libro como objeto y están entrando de manera muy autónoma en la literatura. Está claro que son experiencias muy cortas, pero muy delicadas, con poca intervención del adulto que está allí. La idea es como poder formar lectores desde el primer minuto, con qué textos y de qué manera.

J. P.: Todo comienza, como decíais, por la idea de Teresa Duran y Roser Ros de leer antes de saber leer, la lectura sin texto, sin necesidad del texto. Además, tan importante es el trabajo cuando tienen 1 y 2 años como cuando pasan a la escuela a los 3 años. El libro sirve para construir puentes en estas edades.

N. R.: Sí, creemos que a los 3 años los niños deberían estar familiarizados con los cuentos de tradición oral, Caperucita Roja, Ricitos de Oro, Los tres cerditos, y también en las fábulas, los álbumes ilustrados… Un bagaje literario que marca la diferencia en cuanto al dominio del lenguaje.

La literatura en la educación infantilJ. P.: Con este bagaje literario, tengo la sensación de que hay una ruptura y los estudiantes al llegar a la universidad y querer trabajar en educación, no son conscientes. Tienes que hacerles recordar, para poder pasar del llueve y hace sol popular al sol y de duelo de J. V. Foix. Para que este trayecto no lo tenemos bastante sembrado o no tenemos bastante cuidado.

C. C.: Por lo que hemos visto, la literatura se empieza a trabajar bien, para que las maestras han integrado lo que tienen en sus manos. En primaria los libros también están, y en secundaria la literatura ya no se lee, sino que se analiza. Y así las estudiantes llegan a la universidad hastiadas del análisis y la comprensión del texto literario en lugar del disfrute literario. Nosotros sacamos nuestras estrategias, una historia de Erika, una Nana Vieja, un libro triste de Michael Rosen, y las volvemos a captar a partir de los álbumes en este vínculo de la palabra.

N. R.: Un pequeño problema es que la formación básica docente en literatura es ridícula, con tres créditos y medio obligatorios en todo el grado de infantil. Y después pueden hacer una optativa. Es una muestra, donde nosotros queremos que las estudiantes recuperen este gusto por la lectura literaria y que salgan convencidas de que los niños no se lo pueden perder. Luego hay más formación continuada, con seminarios, escuelas de verano… La manera de hacerlo es leer en clase, recitar poemas… Lo que hacen los estudiantes es una parte teórica, pero también actividades muy encaradas a la práctica. Sí que hemos visto que hay mucha formación literaria para educar en valores, para tratar temas que son relevantes, para la resolución de conflictos. No es que esté mal, pero no sólo tenemos que hacer esto. El llibre de Temes d’Infància quiere contribuir a que se extienda la formación lectora. Porque no es ninguna broma. Mercè Rodoreda decía que la novela no es ninguna broma y nosotros decimos que la literatura infantil no es ninguna broma. La escuela tiene una función fundamental, porque no todos los niños van a la guardería y muchos provienen de otros bagajes culturales y, por tanto, tiene que hacer un papel de compensación. La tradición oral que no se ha recibido en la familia, la escuela tiene la función de activar este patrimonio literario, que es un tesoro y que no podemos perder, juegos de falda, adivinanzas, coplas … Son los maestros, que no sólo deben usar los libros para todo lo que sea necesario, sino que, cuando hacemos de formadores de lectores, fundamentalmente estamos hablando de estimular el gusto por leer los niños, que poco a poco han de desarrollar las habilidades que necesitan para , a medida que vayan creciendo, poder entender cada vez mejor lo que leen y poder leer textos más difíciles. Habría mucha más coordinación entre infantil y primaria, y primaria y secundaria.


“Un pequeño problema es que la formación básica docente en literatura es ridícula, con tres créditos y medio obligatorios en todo el grado de infantil.”


C. C.: No sólo los textos son la literatura del siglo XXI. En nuestro libro La literatura a l’educació infantil hay, además de la alfabetización y la sensibilización, el hecho de enseñar a mirar. Los que somos de la generación de 1960 y 1970 no teníamos tantos álbumes ilustrados como hoy. En las guarderías se enseña a mirar, la alfabetización visual. Los niños pueden leer las imágenes, pueden entender e interpretar, y ven cosas que tú no ves y eso les encanta.

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Joan Portell
Pedagogo, escritor y profesor de la Universidad de Girona
Artículo publicado en la revista In-fan-cia 240
Rosa Sensat