Tipos de juego según la etapa de desarrollo infantil
Los juegos son una parte fundamental en el desarrollo de la personalidad e inteligencia de cada niña y niño. Gracias a los mismos, aprenden y procesan información del mundo que les rodea, normas sobre cómo deben comportarse o qué se espera de ellos en la sociedad. Así, gracias a la experimentación y a las imitaciones de roles, tu hijo o hija crecerá como un adulto sano, sociable y con buena autoestima.
¿Qué tipos de juegos son mejores para tus hijos e hijas?
Al igual que las capacidades de un bebé cambian a lo largo de las distintas etapas de su desarrollo, el tipo de entretenimiento ideal va a evolucionar paralelamente. Tus hijos o hijas no necesitarán los mismos estímulos cuando apenas tienen unos meses de vida que cuando están acercándose a la adolescencia.
Varios han sido los psicólogos y sociólogos que han intentado poner luz sobre los tipos de juegos infantiles más adecuados para cada etapa, pero hay dos que destacan frente al resto y que son un referente en la pedagogía: Jean Piaget y María Montessori.
Mientras que el primero se encargó de estudiar el tipo de acciones y su aplicación en el desarrollo intelectual de los pequeños, la segunda se preocupó más por los métodos y herramientas para hacer que los niños y las niñas se sintieran en control de su propio mundo. En ambos casos, coincidían en señalar el juego como el hilo conductor en el desarrollo.
Las distintas etapas de educación y juego
Como hemos mencionado, los juegos de tu hijo o hija no siempre son los mismos, sino que se van adaptando a medida que su mente se va desarrollando y es capaz de asimilar nuevos conceptos, entender sus emociones e incluso dominar su cuerpo. Así, Piaget definió cuatro etapas.
- Etapa sensoriomotora
Comprende aproximadamente los dos primeros años de vida de tus hijos e hijas. Como la única manera que tienen de relacionarse con el mundo es a través de las sensaciones y el movimiento, su forma de jugar se basa en la coordinación y la estimulación de los sentidos.
Durante sus primeros meses de vida los bebés exploran el mundo a través de movimientos y sonidos. Si escuchas a tu hijo o hija balbucear durante este periodo, por ejemplo, es porque está experimentando con su voz. Lo mismo ocurre cuando te agarra un dedo o el pelo, y cuando se lleva los objetos a la boca.
María Montessori sugiere apostar en esta fase por juguetes sensoriales y llenos de texturas. También serán positivos para el equilibrio entre educación y juego objetos fáciles de agarrar y manipular, o que hagan ruido.
- Etapa preoperacional
Esta fase comprende de los 2 a los 6-7 años. Aunque, al igual que ocurre con la fase anterior, se puede dividir en distintas subetapas, todos los juegos de esta fase tienen en común que el niño o la niña ya ha tomado conciencia del mundo que le rodea, pero piensa que los objetos tienen sentimientos y percepciones al igual que él y ella. Se trata de una etapa de fantasía, en la que sus estructuras mentales se desarrollan.
Los juegos más característicos en este periodo son aquellos en los que tu hijo o hija construye y destruye, o en los que utiliza cajas para entretenerse y dice que son coches o castillos. A partir de los 4 años comienzan a hacer los primeros juegos simbólicos colectivos. Los juguetes recomendados por esta etapa por Montessori estimularán su imaginación, y serán siempre accesibles y fáciles de usar para facilitar el desarrollo.
- Etapa de operaciones concretas
Esta fase va desde los 6-7 años hasta aproximadamente los 12. Se caracteriza porque los niños y las niñas empiezan a utilizar la lógica, dentro de sus capacidades. En este momento también se vuelve muy importante compartir el juego, especialmente con otros niños y niñas.
A partir de los 8 años tus hijos e hijas empezarán a interesarse por los juegos de mesa, y a ser más competitivos. Es la fase perfecta para aprovechar estas actividades y fortalecer los vínculos afectivos dentro de la familia o bien apostar por los juegos de mesa cooperativos.
- Etapa operacional formal
Se produce a partir de los 12 años, y al ser la última fase del desarrollo cognitivo se caracteriza por el razonamiento abstracto y la manera de relacionar conceptos más compleja. En este momento empiezan los debates, ya que el niño o la niña es capaz de argumentar sus opiniones.
Los juegos característicos suelen ser en grupo y tienen reglas complejas. A través de ellas, según Piaget, aprenden sobre la socialización. El niño o la niña deja de pensar en sí como un «yo», y se visualiza como un «nosotros».
Como hemos visto, pese a su apariencia simple, los juegos adaptados a la edad de cada niño o de cada niña son una herramienta muy valiosa para su desarrollo. Recuerda que si quieres que tus pequeños crezcan felices y equilibrados, ¡es importante proporcionarles las herramientas adecuadas!
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