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El vínculo afectivo a través del juego

El vínculo afectivo a través del juegoEl vínculo afectivo entre el niño y la familia es lo que le dará seguridad como persona cuando sea mayor. Un vínculo firme y sólido lo hará capaz de abrirse al mundo cuando crezca y le ayudará a tener relaciones sanas y sinceras con las personas que la rodearán. El vínculo afectivo es aquella relación emocional y especial con las personas que son significativas en nuestras vidas y su construcción es lenta y recíproca.

El vínculo de la madre con el niño es un proceso que comienza desde el principio de la gestación y se refuerza con el parto y la lactancia, según explica la psicóloga Cristina Cortés. El vínculo con el padre o con la otra madre tomará fuerza cuando esta persona tenga cuidado del bebé y se interrelacione. Cristina Cortés afirma que, cuando no existe vínculo a partir de la gestación, es necesario que las familias creen un vínculo nuevo con los correspondientes cambios emocionales que supondrá para ambas partes. La vinculación entre el niño, el círculo más amplio de la familia y las otras personas se irá extendiendo en la medida que el niño vaya creciendo.

Existen diferentes tipos de vínculo: seguro, ambivalente, evitativo y desorganizado, según detalla John Bowly, en la Teoría del Apego de 1969. El tipo de vínculo que establezca el niño dependerá de factores como la calidad del cuidado que recibe, el clima emocional de su entorno más cercano o el propio temperamento del niño. Los niños que han desarrollado un vínculo seguro tienen autoestima, empatía y buenas habilidades sociales y, posteriormente, tendrán más capacidad para resolver conflictos y serán más cooperativos.

El vínculo afectivo a través del juegoAlgunas de las acciones que podemos hacer para reforzar este vínculo como familia son:

  • Crear/construir un ambiente tranquilo y seguro donde puedan crecer.
  • Respetar el proceso de crecimiento del propio niño.
  • Responder a sus necesidades físicas y emocionales con sensibilidad..
  • Promover el contacto físico con masajes, canciones, juegos o cuentos, entre otros.
  • Participar activamente de las rutinas del día a día.
  • Transmitir amor y cuidado constantemente.
  • Establecer un orden para gestionar el desarrollo del autocontrol y la conexión entre los diferentes miembros de la familia.
  • Encontrar el equilibrio entre la vida personal y familiar.

El vínculo afectivo es diferente en cada una de las etapas evolutivas del niño. La consolidación del vínculo tiene lugar los primeros meses de vida del niño y a partir de los dos años este va ganando fuerza. En edades posteriores el vínculo sufre variaciones y adaptaciones dependiendo de la etapa de crecimiento. El vínculo con la familia durante la etapa escolar es muy fuerte pero, aun así, las separaciones empiezan a ser toleradas. Durante la adolescencia, los padres siguen siendo las personas con las que el vínculo es más fuerte pero se empiezan a incorporar los amigos como personas con vínculo y poco a poco los adolescentes van ganando distancia respecto a los padres y madres para que buscan su propia identidad. La presencia de los padres y madres será importante pero el deseo no será el de estar con ellos sino de tenerlos presentes en caso de necesidad.

Para mejorar el vínculo afectivo hay que propiciar una relación recíproca de expresar sentimientos y reconocer emociones, enseñándoles modelos respetuosos sobre cómo poder gestionar las emociones. Este vínculo se basará en el respeto, la empatía y la confianza y se trabajará expresándoles a los niños los propios sentimientos (como por ejemplo el amor) a partir de la comunicación verbal, pero, sobre todo, de la no verbal como las caricias y el juego.

El vínculo afectivo a través del juegoEl juego acompaña al niño en todo el periodo de crecimiento de su vida y por ello es una herramienta que ayuda a fortalecer el vínculo con los diferentes miembros de la familia. ¿Cómo podemos crear y fortalecer la relación afectiva con el niño a través del juego?

  • En los primeros meses de vida los juegos de falda acompañados de miradas, caricias y canciones estimulan la escucha activa y la atención/concentración del niño favoreciendo el vínculo afectivo entre él y el adulto.
  • Cuando el niño ejecuta el juego libre descubriendo las propias capacidades, las características del entorno más cercano o copiando el mundo de los adultos se puede trabajar el vínculo a partir de la presencia del adulto de una manera cercana, observando, e interviniendo en el juego cuando el niño lo pida.
  • Las rutinas diarias pueden tomar forma de juego y esto depende de los adultos. Otra manera de fortalecer el vínculo es aprovechar estos momentos que se repiten cada día, como el tiempo de ir a dormir, y contarles un cuento o leer un trozo de un libro juntos. Este rato de confianza y recogimiento da seguridad al niño y es una buena manera de bajar el ritmo de la actividad diaria.
  • Si seguimos con las actividades del cotidiano, acompañándolos a la hora de lavarse los dientes y las manos o tomar una ducha los estaremos transmitiendo que el adulto está; que primero enseña y ejemplifica y después observa y acompaña para que, posteriormente, el niño lo haga para él mismo.
  • Compartir un rato de juego de mesa cuando el trabajo ya está hecho o jugar un poco antes de hacer los deberes ayudará al niño a hacerlos con más empuje que, previamente, ha desconectado y compartido un rato con el adulto. Cuando hablamos de adulto nos referimos a los padres y madres, pero también a los abuelos y abuelas o hermanos y hermanas con quienes se puede trabajar el vínculo afectivo. Este rato de juego no tiene precio…

Lo más difícil para los adultos, a menudo, es encontrar el tiempo para dejar de lado las obligaciones y ponerse a jugar con los niños y jóvenes, pero si cada día estos adultos dedican a sus hijos e hijas un rato de calidad: jugando, leyendo, pintando o dibujando y cantando o tocando algún instrumento, la relación que se convertirá entre ellos será sólida, fuerte pero flexible y el vínculo afectivo será seguro y firme porque ha sido construido y trabajado a conciencia.


Bet Bartrina i Comalat
Docente de cursos de ocio en la Fundació Pere Tarrés

Fundació Pere Tarrés

Comunitat activa de mestres
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