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¿Cómo deben ser los entornos educativos en la nueva era post-Covid?

¿Cómo deben ser los entornos educativos en la nueva era post-Covid?En la segunda mitad de marzo, aproximadamente 1.400 millones de escolares de todo el mundo tuvieron que dejar la escuela para confinarse en casa como consecuencia de la pandemia global de la Covid-19. De repente, se creó una situación en la que toda la comunidad educativa, sobre la marcha y sobre un escenario no previsto ni definido, tuvo que improvisar un sistema educativo diferente. Un sistema educativo que ahora también debe enfrentarse al reto de un nuevo curso donde las medidas de seguridad y de higiene deben convivir con el día a día de la actividad educativa.

En este contexto, investigadores del Smart Classroom Project* de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) han diseñado un decálogo pedagógico que respeta estas condiciones para la prevención de la expansión y los rebrotes del coronavirus. «Está pensado para iniciar una reflexión sobre cómo entendemos el espacio de aprendizaje de los centros educativos en cualquier nivel, desde infantil hasta la universidad, y cómo lo adaptaremos a esta situación excepcional y esperamos que transitoria», explica en la web de la UOC Guillermo Bautista, miembro del proyecto y profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación.

Más espacios y contacto visual

En esta línea, en el mismo artículo los autores plantean aligerar el espacio eliminando mobiliario y utilizando espacios que antes no se destinaban a lugares de aprendizaje (pasillos, salas de tutoría, porches o patios). A la hora de organizar la disposición de las mesas, es preferible que sea de forma circular o semicircular en grupos pequeños o grandes, para favorecer el contacto visual entre todo el alumnado y también con el profesorado, teniendo en cuenta el uso de mascarillas a partir de una edad determinada.

«La mascarilla provoca perder una parte importante de la comunicación interpersonal, de la expresión y la comunicación no verbal, por eso es importante usar las manos para gesticular y fomentar la expresión de sentimientos y emociones con el lenguaje verbal», describe Bautista. En este sentido, los investigadores proponen potenciar al máximo la conexión visual, dejando las puertas abiertas y eliminando las barreras físicas.

¿Cómo deben ser los entornos educativos en la nueva era post-Covid?Dentro del aula, el decálogo plantea que se potencie el trabajo autónomo de los estudiantes, fomentando las preguntas y la reflexión, siempre manteniendo las distancias. Los docentes pueden dividir la clase en diferentes grupos y resolver dudas con cada uno de ellos de manera independiente.

Para evitar aglomeraciones, los horarios deberían flexibilizar, tanto la entrada como la salida, y también los momentos de descanso. «Desde los más pequeños hasta los más grandes, la clave es, poco a poco, ir creando una cultura de uso del espacio que sea adecuada a las necesidades actuales», subraya el investigador. En este nuevo escenario resulta imprescindible potenciar la comodidad y el moviment controlat de l’alumnat.

Enseñanza presencial y en línea

En cuanto a las herramientas educativas, en dicho artículo se explica que en el decálogo se propone potenciar dispositivos tecnológicos como tabletas o escritorios portátiles, que permiten al estudiante hacer sus tareas desde cualquier lugar. Los autores del decálogo apuestan por un aprendizaje combinado, con enseñanza presencial y en línea, incorporando el uso de las tecnologías digitales como una práctica educativa cotidiana. «Lo ideal es equilibrar muy bien el trabajo que se hace en línea para no sobrecargar ni el profesorado ni el alumnado, y también que los momentos presenciales potencien la comunicación y el diálogo, así como todo lo que es más difícil hacer de manera autónoma en casa», señala Bautista.

Esto implica que los niños tengan acceso digital tanto en las aulas como en su casa, lo que no siempre es posible. «Se ha de ocupar la Administración, porque aunque el profesorado y los centros estén preparados para ello, estas propuestas no servirán de nada si los estudiantes no tienen acceso a estos dispositivos», recalca el docente.

En este contexto, Miguel Barrero, director de Fundación Santillana, en declaraciones al portal Magisterio, ve necesario también «mejorar la competencia digital de los alumnos y abandonar el mito que tienen una capacitación maravillosa por pertenecer a una determinada generación». «No tienen problemas de acercamiento ni de utilización de las tecnologías, pero hay que preguntarse si han sido suficientemente competentes para aprovecharlas», advierte.

¿Cómo deben ser los entornos educativos en la nueva era post-Covid?En otra línea, los investigadores del Smart Classroom Project también apuestan por aprovechar esta nueva situación para fomentar la autorregulación de los estudiantes, es decir, que los docentes ayuden, moderen y supervisen, pero que sean los alumnos los que aprendan de manera autónoma y desarrollen la competencia de autorregularse. Esto significa que se responsabilicen de una buena parte del proceso educativo.

Un nuevo aprendizaje, más allá de la pandemia

Aunque las medidas surjan en el contexto de la pandemia actual, según información del citado artículo, los autores proponen que sirvan también para cuando termine la crisis sanitaria. «Esta necesidad de repensar el espacio puede ser una buena oportunidad para repensar cómo se plantea para el aprendizaje, por lo que esta reflexión sirva no sólo para dar respuesta al momento de emergencia actual», destaca Bautista.

De hecho, la pandemia ha de entrar en la educación de las aulas de todas las etapas educativas, de una manera u otra, ya que está constantemente presente en nuestro día a día. Según declaraciones de Jordi Mir, profesor de Humanidades de la Universitat Pompeu Fabra, a El País, «En cada curso se puede hacer con una complejidad diferente, poniendo la atención en unas realidades u otros. Si no lo hacemos, no estaremos garantizando un objetivo fundamental de la educación: formar para que tengamos los conocimientos y las herramientas para pensar con nuestra propia cabeza todo lo que nos está pasando. Hoy la pandemia y la crisis ecológica que está asociada forman parte de los retos que no podemos evitar».

¿Cómo deben ser los entornos educativos en la nueva era post-Covid?Por otra parte, con el nuevo escenario cobra especial importancia la manera de ofrecer los conocimientos: ahora se debe hacer transmitiendo emociones más allá del propio contenido. Si el profesor emite emociones positivas, la recepción de la información cambiará. En la línea de lo que comentábamos anteriormente en referencia a la conexión visual, una sonrisa genera procesos biológicos y sensaciones de recompensa en el cerebro que producen confianza en el receptor y se sabe que aprendemos de quien confiamos, y nos retroalimenta para seguir haciéndolo. Según expertos del Re.School Forum, que reunió en el mes de junio a directores de colegios o profesores de primaria y secundaria de 43 países, el docente tiene ahora la responsabilidad de ayudar a crear personas transformadoras, es decir, aquellas que ante el cambio no reaccionan con miedo sino con confianza

Escuelas de proximidad, ciudades sostenibles

Más allá de que la situación de la pandemia nos haga tener una reflexión crítica sobre la salubridad de los edificios públicos y los centros educativos, el arquitecto Fermín Vázquez, en declaraciones al portal Architectural Digest, comenta que «hay que empezar a replantearnos una ciudad diferente , con un entorno más amable y sostenible, y pensada para ser vivida con seguridad, desde el concepto de proximidad ». En este sentido hace referencia a todas las ideas que tratan de proyectar «ciudades con la misma densidad que la que tenemos pero organizadas en pequeños núcleos locales, por lo que todo lo que necesites hacer esté en un radio cercano, incluida la escuela a la que los niños podrían ir andando». De esta manera, se reducirían los desplazamientos masivos en las ciudades, los movimientos pendulares de la población, el tráfico, principalmente, y la calle, el barrio, sería para las personas, con un impacto positivo en el medio ambiente y en la calidad de vida de las personas.

En esta ciudad de futuro que imagina Vázquez, «los centros educativos deberían también abrirse a la población, por lo que estos espacios puedan ser utilizados para actividades de los vecinos, aprovechando así los edificios que ya tenemos para crear zonas de uso público en las ciudades », añade. «La epidemia no nos debe hacer ir para atrás en cuanto a la densidad de población en las ciudades, no nos debe hacer perder el foco en cómo garantizar calidad de vida en un entorno denso. Todo aquello a lo que ya aspirábamos, también en términos de sostenibilidad, debe seguir siendo el foco. Crear entramados urbanos más seguros y confortables», concluye.


* Smart Classroom Project es uno de los finalistas del SpinUOC 2020, programa anual de emprendimiento impulsado por la plataforma Hubbik de la UOC, que celebrará su final el próximo 1 de octubre. Junto con Guillermo Bautista, forman parte del equipo del proyecto Anna Escofet y Marta López, profesoras de la Universidad de Barcelona, y María Casanovas, profesora y asesora técnica en enseñanza y diseño de espacios de aprendizaje.



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