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Escuela progresista y pedagogía ocasional. Imprescindibles para desvelar el pensamiento crítico

Ya nadie se plantea que la realidad del cambio educativo que hemos vivido estos años ha venido dada sobre todo por la necesidad de formar una mujer y hombre nuevos que den respuesta a los retos de este mundo que cambia a una velocidad vertiginosa y que necesita personas con una mentalidad abierta, solidaria, democrática y que pone al servicio de los demás su capacidad y talento. Sea lo que sea éste. El paso del yo al nosotros.

Escuela progresista y pedagogía ocasionalEstas personas, que no sólo tienen que hacer un mundo mejor, sino que además deben garantizar una mejor vida para todos, preservando nuestro Planeta como la única casa de todos, sólo pueden acceder en este estadio de pensamiento a partir de una mirada global y libre sobre el mundo y los acontecimientos.

Esto sólo se puede conseguir aplicando dos aspectos clave: el progresismo en educación y la pedagogía ocasional.

Una escuela progresista presenta dos características importantes: la primera es ser inclusiva. Las escuelas que no lo son, son injustas, cierran el paso a aquellas personas que no presentan las características de la supuesta “normalización” que imponen. Y si una escuela es injusta, ¿cómo puede pretender fomentar el espíritu crítico entre sus alumnos? La escuela inclusiva garantiza el éxito personal y la oportunidad para todos sus alumnos sin distinción. Atiende individualmente todos los alumnos y genera un entorno donde todos los talentos y capacidades tienen su oportunidad. El primer paso para generar el pensamiento crítico es dotar de pluralidad las escuelas. Pluralidad de capacidades, de pensamientos y de formas de ser.

El segundo aspecto de una escuela progresista es que sea participativa. De todos los que conforman la comunidad educativa: alumnos, maestros y familias. Pero sobre todo los alumnos. ¿Y cómo participan los alumnos en una escuela? Pues a partir de lo que nos cuesta tanto: abriendo los órganos de gobierno de la escuela a su participación y toma de decisiones.

Escuchar los alumnos y hacer lo que nos dicen, en palabras del pedagogo italiano Francesco Tonnucci, gran abanderado de esta participación de los alumnos en las esferas de la toma de decisiones en la escuela. Y en este sentido tiene una especial relevancia la participación de los alumnos en la toma de decisiones en el ámbito de la didáctica, el “santa santorum” de los maestros, el espacio reservado donde los alumnos, supuestamente, no pueden entrar nunca.

Escuela progresista y pedagogía ocasionalDecisiones sobre el que se quiere aprender, cómo se quiere aprender y sobre cómo se quieren evaluar estos aprendizajes, es fundamental si queremos una escuela auténticamente participativa de los alumnos. En un entorno de libertad y responsabilidad que sólo puede emanar del establecimiento consensuado con los alumnos de las bases de una convivencia, que tiene en el concepto de la escuela como entorno social de aprendizaje, su piedra angular.

En este sentido también la participación de los alumnos en los diferentes servicios de la escuela (el llamado aprendizaje servicio), la interacción constante entre iguales de diferentes edades y etapas y la participación de los alumnos en su entorno local y geográfico más cercano (servicios sociales, acciones solidarias, participación ciudadana …), generan un entorno de participación global que se completa con la evaluación del ejercicio docente por parte de los alumnos y su participación en los procesos de mejora continua de la escuela.

Finalmente, la pedagogía ocasional juega otro de los papeles fundamentales del proceso que genera pensamiento crítico. Programaciones y tutoría no pueden llenar el espacio destinado a estar en contacto con lo que pasa en nuestro entorno. Estar al día y generar opinión. ¿Escuchamos suficientemente los alumnos? ¿Incentivamos la manifestación de sus opiniones y su interés por todo lo que pasa? ¿Sabemos precisamente cuáles son sus intereses?

En este sentido la pedagogía ocasional nos abre la ventana ideal para generar un estado permanente de opinión y de ciudadanía. Tenemos un montón de oportunidades para hacerlo y las redes sociales en este juegan un papel importante. Son rápidas, libres y abiertas. Permiten generar una cultura del respeto y de la elección. Discernir entre lo que es verdad y lo que es falso, la intoxicación y las noticias tendenciosas. Pueden generar opinión y desinformación vez. Y los jóvenes saben un nido de ello.

Hay que escuchar. Debemos dejar que nuestros alumnos hablen, se expresen, digan su y difundan libremente su pensamiento.


Mercè Olivé y Jordi Carmona
Mercè Olivé es maestra de primaria, coordinadora de Primaria de la escuela Garbí- Pere Vergés de Esplugues.
Jordi Carmona es maestro y biólogo, director de la Escuela Garbí Pere Vergés de Esplugues.

Rosa Sensat


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