Conocimiento compartido

Tras el desconfinamiento, imaginemos un mundo mejor a través del ocio y los ODS

Entre los muchos beneficios que aporta a los niños, adolescentes y jóvenes participar en actividades de ocio educativo destacan el desarrollo de competencias clave como la convivencia, las relaciones sociales, la coeducación, el respeto, la cooperación, el trabajo en equipo o la gestión de las emociones. Las dinámicas y espacios que se generan en torno a las actividades de ocio son una oportunidad ideal para realizar una transmisión de valores fluida y adecuada a cada etapa madurativa.

En unas semanas llegará el verano. Y este año será un verano muy diferente donde muchos niños habrán vivido experiencias difíciles, como el confinamiento y quizás, en el peor de los casos, la enfermedad y el duelo, y seguramente las tensiones en las relaciones familiares y la sensación de echar de menos los amigos , la familia, al aire libre, correr y jugar en la calle. Este año, más que nunca, las actividades de educación en el ocio serán una oportunidad para reencontrarse con compañeros, trabajar las necesidades emocionales surgidas durante este tiempo y pasarlo bien y divertirse.

Pero también puede ser interesante combinar esta dimensión de sostenibilidad emocional con un trabajo de sostenibilidad y compromiso con nuestro entorno.

Propuestas para trabajar los ODS este verano

Durante estas semanas de confinamiento todos hemos podido ser conscientes como nunca de la huella ecológica que dejamos diariamente: hemos visto como la disminución de nuestra actividad diaria ha sido suficiente para reducir drásticamente la contaminación en las ciudades o para empezar a cerrar el agujero de la capa de ozono y esta situación nos ha ayudado a sensibilizarnos sobre la importancia de actuar de manera decisiva para no volver al estado anterior de consumo masivo y hipercontaminació.

Así, los niños, adolescentes y jóvenes han tomado mucha conciencia de situaciones como la preocupación por el medio ambiente, el cuidado de plantas y animales, el estado de mares y océanos, pero también de aspectos como la necesidad de una igualdad de género real o de las desigualdades sociales y la pobreza. Todas estas prioridades las recogieron las Naciones Unidas en el año 2015 en 17 elementos que se conocen como los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS).

Este verano tan diferente y tan necesario puede ser una buena oportunidad para que los niños y las niñas los conozcan y sensibilizarlos sobre su papel protagonista para conseguir un mundo mejor.

“Seamos el cambio que queremos ver en el mundo” es una cita de Mahatma Gandhi que puede inspirar este trabajo para dar una visión positiva de cada uno de los aspectos que nos rodean (el agua, la tierra, los animales, la fauna, el ser humano y nuestro entorno cercano) y de cuál puede ser nuestro papel para cuidarlos y respetarlos. Se trata de educar en la idea de que una pequeña acción puede convertirse en un gran cambio, que no necesitamos ser muchos y que de cada iniciativa puede salir una gran acción. Es importante transmitir a los niños, adolescentes y jóvenes que nuestro planeta se ha de estimar y cuidar, así como las personas, los animales y las plantas que lo habitan.

Algunos ODS que se pueden trabajar durante el verano:

• Educación de calidad, ya que el tiempo libre es una parte fundamental de la educación no formal.
• Igualdad de género, un aspecto clave en todas sus vertientes, fomentando la igualdad inalienable tanto en los niños, los monitores/as, los directores/as o los coordinadores/as de las actividades de ocio.
• Concienciar sobre la necesidad de hacer un consumo sostenible, de bienes. Durante las actividades de ocio este verano será importante dar ejemplo a los más pequeños con el consumo de productos ecológicos y reciclados y trabajando la economía circular los productos con el fin de dar una nueva vida a los residuos que producimos.
• Podemos concienciar a los niños sobre las necesidades de cuidar laa vida marina, haciendo actividades en las playas, ríos y arroyos de nuestro entorno.
• También remarcó la importancia de cuidar la fauna y la flora, con actividades de respeto a los animales o las plantas, por ejemplo haciendo excursiones al bosque.
• El fin de la pobreza, se puede trabajar sensibilizando a las criaturas de las desigualdades existentes en nuestro entorno y en otros países y garantizando la equidad en el acceso a las actividades de ocio.

Muchos de estos valores que impregnan los ODS se pueden trabajar este verano de manera transversal e interdisciplinar en todas las actividades de educación en el tiempo libre que se hagan este verano. Unas actividades más necesarias que nunca y que deben ser el primer paso hacia imaginar y construir, entre todos, un mundo mejor.