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Los aprendizajes de las extraescolares

Los aprendizajes de las extraescolaresLa pandemia ha afectado durante más de año y medio a muchos de los aspectos de nuestra vida, y las actividades de ocio no han sido una excepción. El año pasado, las restricciones sanitarias para la prevención de la COVID-19 no permitieron realizar extraescolares con suficiente estabilidad, pero este año, en plena recuperación y con un horizonte más claro por delante, las familias han respondido masivamente y las inscripciones a las diferentes actividades de ocio que se realizan en los centros educativos fuera del horario lectivo han llegado a niveles de 2019. Y esto es importante sobre todo para los niños y jóvenes, porque, como apuntan numerosos estudios, las actividades extraescolares aportan valores y aprendizajes sumamente positivos a los niños y niñas, son inclusivas y generan oportunidades educativas.

¿Pero todas las extraescolares funcionan igual? ¿Qué aspectos deben tenerse en cuenta para que las actividades de ocio educativo que se organizan en escuelas e institutos fuera del horario lectivo tengan realmente un componente pedagógico y transformador? Apuntamos algunos.

  • De entrada, es básico que estas actividades vayan de la mano del proyecto marco del centro educativo donde se realizan, teniendo en cuenta la línea pedagógica y metodológica que se trabaja. Esto comporta que las extraescolares tengan continuidad y coherencia educativa con el resto de aprendizajes que los niños reciben a lo largo del día y les permite seguir compartiendo aprendizajes a través de diferentes propuestas que son de interés para ellos y ellas.

Los aprendizajes de las extraescolares

  • En segundo lugar, las actividades de ocio fuera del horario lectivo hacen que el grupo de convivencia habitual de clase se rompa y esto favorece la diversidad de participantes. Así, se pone a la persona en el centro y las diferencias como la disparidad de edades de los participantes se convierten en un aprendizaje compartido, siempre teniendo en cuenta que la actividad sea coherente con las necesidades, la edad, el contexto y el entorno de los y las participantes.
  • Otro aspecto clave que se genera de la misma convivencia con las demás personas en distintos espacios educativos y sociales es la incorporación del juego. El juego es un elemento clave para la socialización, una herramienta de aprendizaje innata que genera un proceso interactivo y de comunicación con el entorno y con otras personas y con el que aprendemos sin darnos cuenta.
    aprendizaje significativo que permite al grupo caminar y crecer con un conjunto valores como el trabajo en equipo, la cooperación o la autogestión del grupo. Estos aprendizajes son claves para conseguir durante todo el curso un buen clima grupal y que la actividad se desarrolle de una forma óptima, no sólo divirtiéndonos jugando sino creando a la vez un espacio saludable, participativo y cooperativo.
  • Desde un punto de vista de la tipología, es importante potenciar la innovación sin olvidar las actividades de toda la vida que siempre han sido más demandadas, aunque haciéndolas más atractivas para que todo el alumnado encuentre el encaje a la que le sea más oportuna. En este sentido debemos ser conscientes de que es necesario llegar a todo el alumnado en su diversidad y ofrecer actividades diferentes y variadas.

Los aprendizajes de las extraescolares

  • Y es que, debemos concebir las actividades como una oportunidad para todos los que superen todas las barreras sociales, económicas o lingüísticas existentes para que todo el mundo tenga la oportunidad de aprender y disfrutar de la mano del ocio educativo sin ningún tipo de exclusión.
  • No podemos olvidar en este listado hacer referencia al conjunto de las educadoras y educadores de las diferentes disciplinas que, que realizan una importante labor pedagógica de intervención educativa en la gestión y acompañamiento del grupo en su diversidad y que trabajan para integrar las actividades en la dinámica del centro, haciendo que éste sea un momento más en el espacio educativo escolar.
  • Y finalmente, la última clave para que todo esto funcione como un engranaje es la coordinación y el trabajo en red de las familias, centros educativos y entidades encargadas de gestionar las extraescolares. Los tres estamentos debemos trabajar conjuntamente y acercarnos a los niños para escuchar sus necesidades e inquietudes y responder a ellas con propuestas atractivas e inclusivas.

Después de un año extraño y lleno de incertidumbres, toca ahora volver a confiar en las actividades extraescolares que se promueven en los distintos centros educativos del país y valorizar el importantísimo papel que el ocio educativo desempeña en la sociedad como generador de valores y aprendizajes e igualador de oportunidades entre todos los niños.

Oriol Piqueras Argemí
Coordinador de proyectos del departamento de Escuela y Ocio de la Fundación Pere Tarrés
Fundació Pere Tarrés


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