El juego como elemento colaborativo
La cooperación es un valor indispensable, especialmente en los juegos en grupo en los que necesitamos colaborar para conseguir un objetivo común. En este sentido, los juegos cooperativos son los que mejor pueden promover este valor. Pero no únicamente, ya que un juego competitivo por equipos también fomenta la colaboración entre los diferentes miembros del grupo.
No es casualidad que en los últimos años incluso los videojuegos se hayan apuntado a esta idea aprovechando la conectividad entre jugadores. Colaborar en línea para así llegar a la meta propuesta es ya una de las ideas básicas de muchas propuestas de juego online.
¿Qué importancia o beneficios comporta para los niños y las niñas este valor?
En un mundo cada vez más individualista, la colaboración es un valor por el que tenemos que seguir apostando en todos los ámbitos. Aprender desde muy pequeños que en un mismo juego el papel de todos los participantes es tan importante como el de uno mismo es una idea muy potente que marcará al niño o la niña en su desarrollo.
Mediante el juego cooperativo promoveremos muchos otros valores útiles para la vida, tales como: la participación, la solidaridad, el trabajo en equipo, la creatividad o la comunicación positiva.
¿Cómo podemos trabajar este valor del juego en la escuela?
Uno de los pilares básicos de la educación, según el informe Delors, es “aprender a convivir”. Por lo tanto, las escuelas y todos los agentes educativos deberían utilizar el juego como herramienta indispensable para alcanzar este objetivo. Además, este valor nos puede ayudar a gestionar y entender la diversidad en el aula.
En infantil, los juegos en grupo que ponen énfasis en la diversión y la colaboración como grupo serían los más adecuados. En primaria, los juegos de mesa cooperativos son unos de los recursos más utilizados. Asimismo, la propuesta de juegos a la hora del patio y también en educación física nos ayudará a trabajar la colaboración y muchos otros valores.
En secundaria y bachillerato, el trabajo por proyectos puede incluir juegos de descubrimiento que impliquen la colaboración necesaria de los miembros del grupo. Una forma divertida de aprender que, además, refuerza la cohesión del grupo.
¿Y en el ámbito doméstico?
Dedicar tiempo al juego en familia puede ser muy beneficioso y divertido para todos los miembros. En los últimos años, el acceso a las pantallas ha provocado que muchos niños jueguen solos, lo que les aleja del objetivo de compartir tiempo en familia.
En este sentido, promover juegos cooperativos en que sea más importante divertirse que ganar nos puede ayudar, por ejemplo, con aquellos niños o niñas con más dificultades para tolerar la frustración. También puede ser útil cuando encontramos muchos conflictos entre hermanos; que colaboren para lograr un objetivo en vez de competir los situará en un rol diferente que evitará conflictos.
Los juegos en familia pueden ser variados: de mesa, al aire libre aprovechando una salida, con otras familias… Jugar es, además, una actividad gratificante y ciertamente olvidada en la edad adulta.
