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Potenciamos la vocación artística en niños y jóvenes

Ver una obra de teatro, observar un cuadro en un museo, escuchar una canción, leer una novela, asistir a un espectáculo de danza… Todos nosotros alguna vez hemos disfrutado de este tipo de experiencias que nos han despertado todos los sentidos y nos han hecho pasar un buen rato. Sin embargo, ¿nos hemos planteado qué hay detrás? ¿Qué proceso han seguido los autores antes de que su obra artística llegue hasta nosotros? ¿Se trata de personas con vocación, que siempre han querido dedicar al arte? ¿Cómo podemos estimular esta vocación en niños y jóvenes?

Cómo potenciar la vocación artística en niños y jóvenesInevitablemente, cuando pensamos en arte muchas veces nos vienen a la cabeza ejemplos de artistas de renombre que han triunfado y han convertido en iconos culturales. Esto hace que muchas veces nos comparamos y lleguemos a la conclusión de que nosotros no tenemos nada que hacer, que no tenemos “suficiente nivel” para dedicar una parte de nuestro tiempo a una o varias disciplinas artísticas.

Por definición, el arte es una actividad o producto realizado con una finalidad estética y comunicativa que permite expresar ideas y emociones a través de recursos muy diversos (recursos plásticos, lingüísticos, sonoros, corporales, etc.). Hay que tener en cuenta que la expresión artística es una capacidad innata en todas las personas, todo el mundo puede expresar sus emociones y pensamientos de manera artística y a través de diversos lenguajes expresivos. Además, esta capacidad es educable y por tanto en cualquier momento de nuestra vida podemos trabajar para mejorarla.

Llegados a este punto, también hay que considerar que estimular nuestra capacidad artística no sólo nos permite obtener un resultado (un dibujo, una canción, un poema, una representación teatral, etc.), sino que también hay una serie de beneficios que obtendremos a partir del proceso de creación de nuestra obra: estimular la creatividad, desarrollar la capacidad comunicativa, mejorar la autoestima y la seguridad en uno mismo, identificar y gestionar las propias emociones, trabajar la constancia y la responsabilidad, aumentar el conocimiento de nuestra y de otras culturas, etc. Si, además, se trata de una actividad grupal de creación conjunta, podemos añadir beneficios derivados del trabajo en equipo: sentimiento de pertenencia, mejora de las relaciones personales, fortalecimiento de vínculos, etc.

Teniendo en cuenta todo lo expuesto, podemos llegar a pensar que trabajar la expresión artística con niños y jóvenes es casi imprescindible. ¿Cómo lo planteamos de manera que puedan sacar provecho y puedan enriquecerse a partir de la experiencia independientemente de cuál sea el resultado?

En primer lugar, hay que partir de vocación propia del niño o joven. La vocación es el deseo de llevar a cabo una actividad (ya sea de manera profesional o no) cuando aún no se tienen los conocimientos y aptitudes necesarios para llevarla a cabo. Por lo tanto, la vocación tiene mucho que ver con la motivación para aprender y no tanto con las capacidades que ya se tienen. Por ejemplo, un niño puede tener una gran vocación por la escritura pesar de no tener unos buenos resultados académicos en cuanto a las lenguas.

Cómo potenciar la vocación artística en niños y jóvenesSi un niño o joven muestra interés en una o más disciplinas artísticas hay que animarle, apoyarlo y ayudar a que mejore su capacidad expresiva a través de proyectos que se realicen en el ámbito escolar, actividades extraescolares, clases especializadas, practicando en casa o con los amigos, etc. Puede ser muy interesante también que el niño pueda compartir esta motivación con la familia asistiendo conjuntamente a actividades relacionadas con el tema, hablando en casa, practicando todos juntos, etc. Por ejemplo, si le gusta mucho la pintura podemos asistir a exposiciones interesantes, darle espacio para que nos explique cuáles son sus pintores favoritos y, sobre todo, permitir que pueda expresar su creatividad plástica libremente con o sin nuestra ayuda.

También será necesario adaptar el nivel a su edad y tener en cuenta los obstáculos con los que el niño se puede encontrar con el fin de evitar la frustración que le puede suponer no conseguir los resultados esperados. La frustración puede ser provocar una pérdida de interés y el abandono de la actividad. Además, es necesario que le animemos a ser constante y que le transmitamos que hay que esforzarse para mejorar nuestras capacidades. Por ejemplo, si quiere hacer teatro será necesario que adaptemos la dificultad a sus capacidades cognitivas y que le animemos a estudiar y memorizar el texto y trabajar su personaje.

¿Y si a priori el niño o joven no tiene vocación artística? ¿Cómo conseguimos que obtenga todos estos beneficios si no muestra una motivación inicial? Hay que tener muy claro que, como en cualquier otra actividad, nunca debemos imponer la realización de actividades artísticas ya que probablemente conseguiríamos el efecto contrario.

Cómo potenciar la vocación artística en niños y jóvenesPara empezar, hay que tener en cuenta todo el abanico de disciplinas artísticas que hay y darlas a conocer al niño o joven, seguro que hay alguna por la que en algún momento de su vida ha mostrado interés. ¿Qué le gustaba hacer cuando era más pequeño/a? Si hablamos con él/ella le podemos ayudar a recordar lo que sentía, el motivo por el que lo hacía de manera espontánea. Quizás era un niño que cuando oía música cantaba o movía el cuerpo o hacía ver que tocaba la guitarra… Quizás era un niño que podía estar horas pintando o experimentando con plastilina o barro… Quizás era un niño con facilidad para hablar ante los demás y le gustaba contar batallitas y chistes… Quizás era un niño que disfrutaba leyendo cuentos, libros o cómics… ¡Hay que recuperar la motivación, aunque la haya perdido con el tiempo!

También puede ser interesante partir de la experiencia que hay en el entorno del niño o joven. Si hay algún miembro de la familia o del grupo de amigos con conocimientos artísticos podemos animar al niño a que resuelva dudas, a que conozca la experiencia y vivencia de esta persona, a que pruebe esa disciplina artística con él o ella, etc. Es importante siempre, sin embargo, evitar proyectar nuestras propias frustraciones en los niños. Es decir, si nosotros hubiéramos querido dedicarnos a la música, pero nuestro hijo / a prefiere escribir poesía, es necesario que lo respetemos y no insistamos para que haga lo que a nosotros nos hubiera gustado realizar.

Si estamos un poco perdidos, una solución puede ser experimentar con varias actividades a fin de encontrar cuál es la que le llama más la atención. Hay escuelas en las que se hacen proyectos artísticos en los que los niños descubren una vocación oculta que no sabían que tenían. También hay muchas entidades de ocio que dentro de su abanico de actividades trabajan la expresión artística a través de la plástica, la música, las danzas, el teatro, etc. Además, muchos centros cívicos y ayuntamientos ofrecen actividades artísticas a precios reducidos que permitirán que el niño pueda experimentar sin que nuestro bolsillo sufra mucho. También hay que tener en cuenta que la mayoría de escuelas especializadas (música, danza, pintura, etc.) permiten hacer clases de prueba sin que suponga un coste añadido.

Por último, pero no menos importante, ¡podemos animarnos a probarlo en casa! Evidentemente si los miembros de la familia tienen conocimientos sobre una o más disciplinas artísticas, será más fácil que el niño pueda experimentar, aun así, le proponemos algunas ideas que se pueden poner en práctica en el ámbito familiar y que, además, nos permitirán pasar un rato divertido y fortalecer vínculos:

Cómo potenciar la vocación artística en niños y jóvenes

  • Organizar una exposición de dibujos, pinturas o esculturas en el comedor de casa.
  • Aprovechar momentos especiales del año para decorar la casa todos juntos: Navidad, Carnaval, Sant Jordi, la Castañada, etc.
  • Jugar a adivinar el nombre de canciones y/o cantantes, a continuar la letra, a encontrar canciones con una palabra concreta, etc.
  • Identificar qué instrumentos suenan en cada momento de una canción, con qué intensidad suena cada uno, como se combinan para que el resultado sea armónico, etc.
  • Montar una pequeña obra de teatro que representaremos ante otros miembros de la familia y/o de los amigos.
  • Organizar unos Juegos Florales para Sant Jordi en los que tenga que participar toda la familia.
  • Hacer un Club de Lectura dedicando un rato de manera periódica a explicarnos el último libro que hemos leído.
  • Grabar un cortometraje o un vídeo tipo documental sobre un tema que interese al niño.
  • Elaborar nosotros mismos las postales de Navidad o las invitaciones para la fiesta de cumpleaños.
  • Realizar fotografías experimentando con la luz, los colores, los elementos del espacio, etc.

Como vemos, las opciones son amplias y muy variadas. Hay que ir experimentando y acompañar al niño para que se sienta seguro en lo que está haciendo y pueda escoger libremente sin sentir que le presionamos. Hay que estar motivados nosotros para poder motivar a los niños y jóvenes y de esta manera conseguir que puedan exprimir al máximo su potencial y puedan disfrutar plenamente del arte y de sus beneficios.


Carlos Muñoz Viso @carlosmvi
Docente de Ocio y Educación ambiental de la Fundació Pere Tarrés

Fundació Pere Tarrés

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