Conocimiento compartido

Jefferson, una novela policiaca y vegana

Un erizo llamado Jefferson el héroe accidental de esta aventura policíaca. Es pequeño, sólo mide 72 cm, pero son 72 centímetros de buen humor, de amabilidad, de hacernos sentir identificados con él desde la primera página.

La novela comienza una mañana de otoño en la que Jefferson, después de desayunar y pasar por la biblioteca, se dirige a la peluquería K-bellos para arreglarse el tupé. Le gusta ir a la peluquería del señor Edgar pero sobre todo le gusta ir porque allí está su sobrina, Carole, y Jefferson hoy tiene intención de pedirle ir a tomar algo, al terminar el trabajo. Ay, pero hoy es un mal día para ir a la peluquería porque cuando entra se encuentra al señor Edgar muerto:

“Jefferson dio un paso más y descubrió las dos piernas paralelas alineadas en el suelo, la bata blanca cuidadosamente abrochada hasta abajo del todo, y más arriba las grandes tijeras con una de las láminas clavadas hasta el mango en el torso del señor Edgar.”

El erizo, horrorizado, se acerca al cadáver, se arrodilla a su lado y sin pensarlo mucho coge las tijeras para sacarlas del pecho. ¡Error! En ese momento, una clienta que estaba medio dormida se despierta y ve a Jefferson con las tijeras en la mano y el peluquero muerto a su lado. Ya sabemos qué imagina la clienta, una cabra que empieza a gritar.

El erizo, -por cierto, se llama Jefferson Bouchard de la Poterie, un nombre muy bonito – hace lo que todos haríamos, salir por piernas y a toda pastilla, huyendo del lugar, lo que hace pensar a todos que él es el culpable. La policía lo busca, su casa está vigilada y sólo le queda pedir ayuda a Gilbert, su mejor amigo. Gilbert es un cerdo y desde el primer momento confía en la inocencia de Jefferson. Llegados a este punto, empezamos a saber que los animales y los humanos viven en zonas distintas. Los animales son como nosotros, hablan, se visten y hacen su vida. A veces animales y humanos pueden coincidir, y pese a que las relaciones son de cortesía, procuran no confraternizar mucho.

Jefferson y Gilbert investigarán la muerte del peluquero y sabrán que cada semana hacía una escapada a Villaburg, ciudad de los humanos. Siguiendo sus pasos se embarcarán en una aventura peligrosa en una investigación al más puro estilo de Holmes y Watson, que les mostrará una terrible realidad.

Me ha gustado la novela, está escrita con humor pero hay una parte que te hace pensar en la relación que establecemos con los animales. También nos hace reflexionar sobre las ideas preconcebidas y cómo nos comportamos los unos con los otros. La novela tiene 276 páginas que se leen muy bien y, además, hay intercaladas unas ilustraciones hechas a lápiz que son una delicia. Los chicos y chicas de nueve años lo pueden leer perfectamente y seguro que disfrutarán de esta premiada historia policíaca.

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