Conocimiento compartido

10 propuestas para una Navidad más sostenible

Las calles iluminadas, las tiendas bien adornadas y la llegada del frío nos recuerdan que la Navidad ya se acerca. Las fiestas navideñas son especiales porque representan reencuentros para los más grandes y magia para los más pequeños, pero es responsabilidad de todos y todas intentar que sean más sostenibles con nuestro planeta. Ante el cambio climático que estamos viviendo debemos hacer una reflexión sobre lo que podemos hacer para colaborar y hacer de nuestro mundo un planeta mejor para vivir.

A continuación, os proponemos algunas acciones fáciles que podéis hacer durante estos días para conseguir una Navidad más sostenible:

Hacer una buena PLANIFICACIÓN de las actividades que llevaremos a cabo durante las vacaciones de Navidad y de las comidas que tendremos que cocinar nos ayudará a marcarnos objetivos a trabajar, ya que tenemos la experiencia que hemos adquirido con los años. Planificar incluirá congelar con tiempo algunos alimentos y comprar productos de temporada y proximidad porque no todas las frutas y verduras las encontramos durante todo el año, sobre todo si pensamos en intentar consumir siempre que se pueda producto de kilómetro cero. Planificar significa investigar y observar cuáles son las cosas que gustan o desean las personas que nos rodean y buscar, revolver y elegir antes de comprar.

Mantener unos BUENOS HÁBITOS COTIDIANOS y al mismo tiempo ser ahorradores y más respetuosos con el entorno natural. A la hora de ir a comprar podemos utilizar el carro de la compra o el cesto, podemos utilizar bolsas de tela o de rejilla de algodón para poner la fruta o la verdura, podemos utilizar fiambreras para poner la comida fresca (si la tendera es de confianza, conoce nuestra manera de hacer y nos lo permite) y no comprar excesivamente ni de golpe y sin pensar, sino repartir las compras y hacer más a menudo para no sobrecargar las neveras. En el hogar, podemos ahorrar energía si apagamos los interruptores de los electrodomésticos que no estamos utilizando y podemos hacer un consumo responsable del agua si cerramos los grifos cuando no las utilizamos, si hacemos duchas rápidas y si llenamos el lavavajillas y la lavadora evitando de ‘ponerlos en marcha si no están bien llenos. Cada vez más, los electrodomésticos tienen más programas económicos y ecológicos, basta con que nos fijamos. Al cocinar también es importante recordar que tapar las ollas para acelerar el proceso de ebullición. Y no olvidemos que una de las mejores maneras de ahorrar energía es aislar las ventanas y las puertas para que no se escape el calor del hogar. Mantener unos buenos hábitos cotidianos incluye también hacer uso del transporte público, ir en bicicleta o caminar, intentando evitar de ir solos en coche o moto ya que de esta manera contribuimos a reducir la producción de gases tóxicos a la atmósfera.

INFORMARNOS de temas relacionados con los eventos que acompañan a las fiestas navideñas tanto a nivel de alimentación como de regalos y decoración del hogar. En cuanto a la alimentación, hay productos que no necesitan estar en la nevera y se conservan perfectamente fuera. Reflexión, buscamos y, si es necesario, preguntamos a la tendera o al tendero que seguro que nos ayudará. A nivel de regalos, analizamos cuál es su significado, qué queremos transmitir y al que va dirigido. ¿Hay que hacer muchos regalos, o mejor pocos y con un trasfondo educativo? En cuanto a los adornos del hogar, podemos aprovechar materiales sencillos que tenemos en casa como papeles de colores, pinzas de tender o adhesivos y estampaciones y crear entre todos y todas las tardes del fin de semana.

REDUCIR el consumo compulsivo de diferentes productos que son nocivos para el medio natural y nuestra salud. Eliminar del todo los plásticos es un objetivo muy osado, pero sí podemos pensar en cómo reducir su uso en nuestro día a día. Algunas medidas que podemos poner en práctica son: comprar productos a granel tales como pasta, grano, cereales, frutos secos, jabones … O, cuando tengamos que hacer regalos, fijarnos en ella en aquellos que lleven pocos envoltorios. ¡Sólo hay que recordar cómo quedan de llenos los contenedores durante las fiestas navideñas!

REUTILIZAR objetos que tenemos en casa, tanto para conservar alimentos como para hacer regalos o envolverlos. Los botes de vidrio los podemos utilizar como recipientes para congelar comida o bien como contenedores para poner unas galletas caseras o unas rocas de chocolate que, bien adornados con unas telitas la tapadera, pueden ser un buen regalo para a las personas que son importantes para nosotros. Las cajas de zapatos – si es que, previamente, no las hemos dejado en la tienda- pueden servir como envoltorio de regalos o como objeto de decoración del hogar. Otros productos que podemos reutilizar son todos aquellos que usamos más en estas fechas, como el musgo del pesebre, el árbol de Navidad que compramos hace un tiempo para que tanto nos gustaba o los adornos que nunca pasan de moda. ¿Es necesario comprar otros nuevos?

Podemos REINVENTARNOS o SER CREATIVOS gracias a las redes sociales que forman parte de nuestra vida diaria y que nos ponen al alcance todo tipo de información. Si los sacamos jugo podemos hacer objetos tan variados y divertidos como un árbol de Navidad con cartones o listones de madera, un calendario de ropa con recortes que tengamos por casa, jabones hechos con productos naturales…

TOMAR CONCIENCIA, a la hora de comprar, de las características de los productos que tenemos en nuestras manos. Es decir:
¿Dónde han sido fabricados? / ¿Quién ha elaborado el producto y en qué condiciones se ha realizado el proceso de fabricación? / ¿Qué materiales se han utilizado y si estos eran perjudiciales para la salud de las personas que los han manipulado y si eran respetuosos con el medio? / ¿Qué uso haremos de este producto y pensar si realmente lo necesitamos?

Recordar de SEPARAR LOS DESECHOS correctamente y que ir al centro de recogida. Antes de separar los desechos es más importante reducir y aprovechar el que pueda tener una segunda vida. Si tenemos dudas sobre qué va a cada contenedor hay manuales en las bibliotecas y en las papelerías, y también en Internet, que nos pueden ayudar a hacer esta tarea.

Hacer un VIAJE AL PASADO y seguir haciendo lo que nos enseñaron los abuelos y las abuelas cuando éramos pequeños y que hemos dejado de hacer por un tema de “ser prácticos”: volver a utilizar manteles y servilletas de tela, bandejas de vidrio o cerámica, vasos y copas de cristal a la hora de poner la mesa y, a nivel más íntimo y personal, volver a utilizar compresas y pañales de tela que tienen una vida más larga y cepillos de dientes y de pelo hechos con productos naturales como el bambú que no son perjudiciales para el entorno y se desintegran más rápidamente que los productos hechos con plástico.

Finalmente, es básico TENER UNA VISIÓN DE FUTURO y no pensar sólo en lo que está sucediendo y lo que podemos hacer ahora, sino en cómo quedará el mundo dentro de unos años, reflexionando en cuál será nuestra huella ecológica.