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Somos mujeres

Somos mujeres

Un poco de historia… ¿De dónde venimos?
El Día Internacional de la Mujer es una fecha que se celebra en muchos países del mundo. Un día en que se unen las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas. Una tradición de no menos de noventa años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.

Esta celebración refiere a las mujeres normales y corrientes como artífices de la historia y tiene sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre. En la antigua Grecia, Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra; en la Revolución Francesa, las parisienses que pedían “libertad, igualdad y fraternidad» marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.

Sin embargo, la idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, que fue, en el mundo industrializado, un período de expansión y turbulencia, crecimiento fulgurante de la población e ideologías radicales. Tradicionalmente se han destacado varios hechos puntuales: la huelga de las obreras textiles estadounidenses de 1857, el incendio de la fábrica Cotton o el de la Triangle Shirtwaist Company de Nueva York, una industria textil donde trabajaban quinientas personas, en su gran mayoría mujeres inmigrantes jóvenes. En este último incidente murieron 142 obreras que el año anterior habían mantenido una importante huelga para pedir mejores condiciones laborales.

Sin embargo, no fue hasta 1910 que la Internacional Socialista, reunida en Copenhague, proclamó el Día de la Mujer, de carácter internacional como homenaje al movimiento en favor de los derechos de la mujer y para ayudar a conseguir el sufragio femenino universal. La propuesta, liderada por Clara Zetkin, fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés. No se estableció, sin embargo, una fecha fija para la celebración.

En 1911, y como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez el 19 de marzo en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de 1 millón de mujeres y de hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional ya la no discriminación laboral.

Dos años después las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero, en el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la primera guerra mundial. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente, 1914, para protestar por la guerra o para solidarizarse con las demás mujeres.

Las mujeres rusas volvieron a ser protagonistas en 1917 y escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de “pan y paz”, como reacción ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la guerra. Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. El resto es historia: cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Este histórico domingo fue el 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia, o el 8 de marzo, según el calendario gregoriano utilizado en otros países.

La actualidad de la mujer en Cataluña y en España
Desde entonces, las mujeres han ido ganando más derechos y aunque la sociedad ha avanzado y jurídicamente no haya ninguna diferencia (en España), el poder sigue concentrado en manos de los hombres. Ellos son todavía los que mueven los hilos en muchos casos, por eso es tan importante que se abra la puerta a las mujeres a los puestos de trabajo de responsabilidad y que haya unos horarios racionales que permitan la conciliación a los dos. A veces, sin embargo, ellas se pueden sentir como intrusas y por eso no se atreven a avanzar. Pero sólo teniendo más en todas las instancias podrá atraer a más mujeres, en tejerse relaciones de influencia y ofrecer un modelo a las más jóvenes.

Sea como sea, los patrones se repiten y las mujeres todavía dedican más tiempo a las tareas del hogar y el cuidado de la familia que sus parejas masculinas o que sus hermanos. De hecho, las mujeres que trabajan fuera de casa dedican 3 horas y 46 minutos diarios a las actividades del hogar y de la familia, mientras que los hombres dedican 2 horas y 21 minutos, según el Instituto Nacional de Estadística.

Pero si hay una lacra que amenaza las mujeres es la violencia doméstica que cada año aterroriza miles de hogares. Las campañas institucionales para concienciar y animar a las víctimas a denunciar han sido constantes y su erradicación debería ser una realidad. Así, en 2004 se aprobó la Ley de Protección integral, que estableció una jurisdicción especial para la violencia ejercida por parejas o ex-parejas y que contempla medidas asistenciales y de prevención, con atención a las políticas educativas que instan a la igualdad y al respeto de los derechos de la mujer.

Ante esta situación, el jueves 8 de marzo de 2018 tendrá lugar en España la primera huelga feminista de la historia, para obtener políticas orientadas al bien común, a la vida plena, el bienestar y la sostenibilidad. Un sistema de protección social e igualitario y con equidad en condiciones de vida para las mujeres.

Somos mujeres, somos Abacus
En Abacus cooperativa gestionamos con valores de equidad. Así, las mujeres Abacus, que suponen el 70% del total de la plantilla, ocupan indiferentemente cualquier puesto de trabajo en igualdad de condiciones que los hombres. De este modo, por ejemplo, tanto unas como otros se pueden acoger al plan de conciliación que permita compaginar el cuidado de la familia o la vida personal con la trayectoria profesional. Del mismo modo, tanto los hombres como las mujeres tienen representación en todos los órganos directivos y de participación en la cooperativa. Porque a Abacus somos equidad. Somos igualdad. Somos mujeres. Y juntas hacemos comunidad.

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