Conocimiento compartido

«Las estrellas», un libro para romper los prejuicios culturales

Hace unas semanas seguí por televisión, en la plataforma Netflix, la miniserie Unorthodox. Está basada en la autobiografía de Deborah Feldman, una chica que abandonó el movimiento Satmar, una comunidad hasídica de la ciudad de Nueva York. He conocido muchos aspectos curiosos de esta comunidad.

Casualmente, días después, conocí una novedad que ha publicado la editorial Juventud con el título «Las estrellas». Al mirar la portada vi un personaje caminando con una especie de sombrero como los que aparecen en la serie mencionada. Qué cosas, ¿verdad? Bueno, la portada nos da muchas pistas sobre el contenido. Vemos un chico judío comiendo bagel, un tipo de pan que tiene su origen en Israel, acompañado de una chica con un pañuelo en la cabeza que nos indica que es musulmana. Pasan por delante de una librería y señalan libros y objetos relacionados con el espacio. Los ojos se les iluminan. Reconocemos un cohete ruso y otro estadounidense y también el de Tintin. Con estas pistas gráficas ya intuimos de qué puede ir la historia.

¿De qué va «Las estrellas»? Jacob, el niño judío, nos cuenta que no tiene tiempo de hacer lo que más le gusta, mirar las estrellas, porque tiene que cuidar a sus hermanas pequeñas. Además, su padre quiere que continúe con el negocio familiar, una tienda de comestibles y deje de soñar con las estrellas, el cosmos y los viajes espaciales. Los pocos ratos que tiene son cuando acompaña a las pequeñas al parque y entonces él se esconde entre las páginas de los libros que explican los misterios del espacio. De hecho, su sueño es ser astronauta o trabajar en la NASA.

Un día, sin embargo, conoce a Aisha, una chica que tampoco tiene tiempo de pensar en las estrellas porque tiene que cuidar a sus tres hermanos pequeños. Jacob y Aisha se encuentran en el parque y así se inicia una aventura, una amistad que va tejiendo unos vínculos muy fuertes entre ellos. La pasión por el espacio y las conversaciones entre el chico judío y la chica musulmana no serán bien vistas por la comunidad, su amistad no se adapta a los que se espera de ellos. Y, a partir de ahí, comienzan los problemas. Pero no os preocupéis, porque hay reencuentro, años después, y un final feliz.

Este libro es una especie de Romeo y Julieta que nos recuerda las barreras culturales que levantamos por nuestros prejuicios. Me ha gustado el enfoque que se da al tema. Las ilustraciones están muy conseguidas y ayudan a entender el relato de una manera extraordinaria.

El autor aborda el tema de las religiones de una manera delicada, sin ofender, con humor y valorando las cosas que nos unen, más que las que nos separan. Algunas escenas son antológicas, como cuando el chico descubre los dedos de los pies de Aisha. Bueno, también hay una escena que no me ha gustado: en la biblioteca se presenta una bibliotecaria malcarada y un letrero enorme de “SILENCIO” que nos duele.

Un álbum con un relato inteligente, que recomendamos para niños y niñas de ciclo medio. Se pueden estirar muchos hilos: astronomía, historia, religiones, etc. ¡Tomad nota para leer en cualquier momento del año!