Grandes descubrimientos
Guillaume Perrault firma “El carter de l’Espai”, un cómic lleno de humor y de una sencillez deslumbrante.
A menudo, cuando hablamos de cómics infantiles, apelamos a lo que han sido referencias heredadas de nuestros padres y, incluso, de nuestros abuelos. El imaginario popular que del papel a los éxitos televisivos de los últimos años, la zona de confort -merecida, por otra parte-, que ocupan Tintín, Astérix, Cavall Fort, Yakari, Bola de dragón, etc.
Estos títulos han construido la estética del concepto, son un fondo de biblioteca imprescindible, pero a pesar de su efectividad, la actualidad obliga además, a ir un poco más allá. La literatura infantil y juvenil crece a buen ritmo, cada vez son más las editoriales que deciden crear su sello infantil, apostar por una ilustración de calidad que no se limite a complementar el texto sino que, apoderándose y sabiéndose atractiva, se haga necesaria, obligatoria, para la propia narración. En el mercado editorial, hasta los últimos cuatro o cinco años, hemos sufrido un vacío evidente y palpable en el campo del cómic infantil. Los niños y jóvenes de hoy reclaman un producto más arriesgado, espontáneo, menos dogmático y conservador, que los interpele una manera más directa, hablando en un código similar al suyo, con referentes reconocibles, y es este, bajo mi parecer, el motivo principal que explica el éxito de publicaciones como las que ha hecho Mamut Cómics conjuntamente con Bang editorial -con sede en Barcelona- «historias de autores hoy pensadas para niños de esta generación». Cómics que se dirigen a niños y niñas de tres a nueve años, que despiertan la imaginación de los más pequeños, llenos de humor e ironía y que, además, resultan una herramienta de lo más eficaz y práctica, fidelizándolos mientras, discretamente, se les ayuda con la agilidad, la creatividad, y la confianza con la lectura.
Bang ediciones abrió una veda en nuestro país, eso es innegable y hay que agradecerlo, pero desde entonces no han dejado de publicarse proyectos interesantes. Uno de los últimos, bajo el sello de la Editorial Joventut, -que últimamente no ha dejado de sacar al mercado proyectos de un perfil similar, muy interesantes, tales como Narval, unicornio marino de Ben Clanton o Björn, 6 historias de un oso de Delphine Perret- ha sido El cartero del espacio, de Guillaume Perrault.
Este cómic, que fue galardonado con el premio Pépite France Télévisions, 2016 y finalista del premio Bédélys jeunesse, 2017, nos presenta Bob, uno de esos protagonistas entrañables y difíciles de olvidar, apasionado de su trabajo, cómodo, fácil y sin enredos. Para él, ¡el correo es sagrado! A bordo de su nave espacial, reparte cartas y paquetes a un montón de gente alrededor de la galaxia. Al menos, en la parte de la galaxia que él conoce. Pero esta mañana, en la oficina de correos, pasa algo … Un nuevo itinerario rompe los esquemas de nuestro cartero. A Bob le cuesta gestionar tantas sorpresas y obstáculos, se siente inseguro fuera de su rutina habitual, pero aprenderá, poco a poco, que hay veces que hay que dar a la vida la oportunidad de sorprendernos, de mostrarnos caminos alternativos que, quien sabe, pueden llevarnos a hacer grandes descubrimientos que nos cambiarán, con toda seguridad, para siempre.
Lleno de una sencillez deslumbrante, de tonos suaves y líneas limpias, claras, llenas de humor. Recomendado para primeros lectores, a partir de 8 años. Disponible, como todos los que llamamos, en catalán y castellano. ¡Encuéntralo en nuestra tienda online!
Vuelve Massagran, el gran clásico de la literatura juvenil catalana, en una edición restaurada de sus aventuras extraordinarias, escritas en 1910 por Josep M. Folch i Torres como una sátira de las novelas de aventuras, que han perdurado hasta hoy sin perder gracia y originalidad. Massagran es l’antiheroi catalán por excelencia, políticamente poco correcto pero lleno de buenas intenciones. Un trozo de pan! ¡Encuéntralo en nuestra tienda online!
Porque la imaginación, la fantasía, la diversión … es eso que sucede mientras tú estás esperando que llegue … este cuento. Una contraposición colorista de l’apatia y l’avorriment los más pequeños.
Marta Jové