ENTREVISTA A AMÀLIA RAMONEDA, BIBLIOTECARIA DE ROSA SENSAT
La literatura es fuente de sabiduría para todas las edades, un impulso para abrir las mentes tanto de grandes como de pequeños. Sólo abriendo un libro nos podemos escapar a otros mundos, otras realidades, otras épocas. Aún así, los datos facilitados por el último estudio del Consejo Catalán del Libro Infantil y Juvenil (ClijCAT) muestran un descenso en el hábito de la lectura en los niños de entre 6 y 16 años.
Amalia Ramoneda ha dedicado muchos años de su vida a hacer llegar la buena literatura a niños y jóvenes. Actualmente, a través del Seminario de Bibliografía Infantil y Juvenil de la Asociación de Maestros Rosa Sensat, también lucha para que el hábito de leer no se pierda nunca y los libros sigan formando parte de nuestras vidas. Durante esta entrevista, Ramoneda nos ayuda a descubrir cuáles son los motivos que se esconden tras el descenso en la lectura y conocer más de cerca el efecto de las nuevas tecnologías en la literatura.
La lectura entre los niños y los jóvenes está disminuyendo. ¿Cuáles cree que son los motivos?
Es posible que haya disminuido la práctica de la lectura literaria, pero por otro lado estamos leyendo continuamente. Es imposible movernos por este mundo sin leer, sobre todo por la llegada de las nuevas tecnologías. Es por este motivo que creo que si en las escuelas de secundaria hubiera algo más de materias ligadas a la educación artística o tecnológica, y no estuviéramos reforzando tanto la lectura, los jóvenes cuando llegaran a casa tendrían más ganas de ir a la biblioteca o de leer una novela.
Es muy importante que los niños entren en contacto con los libros desde pequeños. ¿Qué papel pueden tener los maestros en el fomento de la lectura de los más pequeños?
Para que un niño se habitúa a leer es necesario que éste se entusiasme con la lectura, que disfrute haciéndolo. Los buenos libros no tienen edad y pueden emocionar cualquiera. Por eso los maestros y los bibliotecarios deben ayudar a establecer un vínculo afectivo con la lectura; es fundamental transmitir y compartir la emoción a los más pequeños contando cuentos en las aulas, en las bibliotecas.
Es importante que los niños y niñas vean que los adultos hablan de libros, ver que lo pasan bien y que dan valor a la literatura. Se debe convertir la lectura en una actividad placentera, tratarla como un aspecto muy importante en nuestra vida.
Para conseguir que los más pequeños se entusiasmen con la lectura, ¿qué tipo de libros son los más recomendables para los niños que apenas aprenden a leer?
Los géneros más recomendables son los álbumes ilustrados y los cuentos. Debemos tener en cuenta que los niños y niñas pueden gustar muchos géneros, por eso es importante conocer sus gustos, conocer el lector.
Nosotros, como bibliotecarios o como maestros, debemos descubrir qué les gusta, y así incentivarlos a leer otros géneros literarios. Hemos de sentarse con ellos, dedicarles tiempo, hablarles sobre un libro; esto ayuda a abrir puertas hacia nuevos intereses.
Amàlia Ramoneda: “Es importante que los niños vean que los adultos hablan de libros”
Se da el caso de que los niños leen más en Primaria, pero cuando pasan a la ESO bajan el ritmo lector, o incluso dejan de leer. A menudo esto ocurre cuando las escuelas establecen lecturas obligatorias. ¿Cruz en la efectividad de este sistema?
Las lecturas obligatorias se ponen con una función didáctica y pedagógica, para poder hablar de diferentes aspectos de la literatura, como los recursos literarios, y posteriormente aprenderlos. Los maestros son los encargados de crear el interés por las lecturas. Sin embargo, tenemos que diferenciar las estrategias que utilizamos para dar estas lecturas literarias de las que recomendamos para hacer investigaciones o trabajos. Debemos utilizar diferentes técnicas para que funcione.
Si queremos que lean libros, ¿los tenemos que dejar elegir?
Seguro que sí. Pero para llegar a saber elegir hay que tener un itinerario lector hecho; de esta manera sabrán valorar qué buscan en los libros. Sin embargo, no lo tienen fácil. Por ello es fundamental el papel del mediador, que puede ser un buen maestro, un buen bibliotecario o un buen librero. El contacto con estas personas es básico que los jóvenes puedan tener criterio a la hora de escoger qué les entusiasmará.
¿Los debates sobre libros en clase pueden ayudar a despertar el interés de los alumnos?
Hay que saber llevar los debates, y la función del mediador es básica. El mediador debe saber conducir bien una conversación, saber presentar bien el libro. A veces hablar sobre una sola lectura en un grupo grande de clase no es efectivo. Es mejor hacer pequeñas sesiones en grupos pequeños. En este caso, es importante huir un poco de los parámetros de una clase tradicional. El hecho de estar en grupos reducidos hace que los jóvenes se sientan más seguros a la hora de hablar de la implicación de la lectura en su vida. Esto permite crear un vínculo entre la vida real y el libro.
A menudo los medios de comunicación publican listas de los libros imprescindibles. ¿Cree que son demasiado relativas y generales?
Las listas son relativas porque hay gustos muy diferentes, pero si se piden a escritores y personas que leen literatura infantil y juvenil habitualmente se convierten en herramientas muy importantes. Deben existir porque nos dan unos criterios de calidad. Las listas deben ser orientativas, deben ayudar a ir a la biblioteca y mirar que se propone, para descubrir así lo que nos gusta.
Desde Rosa Sensat se hace una tarea muy importante en la elección de buenos libros de lectura para niños y adolescentes. ¿Cuál es su objetivo?
Desde la Biblioteca Infantil y Juvenil tenemos diferentes grupos de trabajo que se reúnen periódicamente y que tienen el objetivo de hacer lectores, llevar buena literatura y dinamizar la lectura. Participan más de ochenta maestros y profesores, aunque también hay gente de otras disciplinas.
Yo formo parte del Seminario de Bibliografía Infantil y Juvenil. Lo que hacemos es examinar las novedades editoriales que salen al mercado, hacemos un análisis y los adjudicamos una edad. También decidimos si el libro puede ser una buena lectura en el aula o es mejor para ser explicado o mirado. De aquí sale un boletín.
Las bibliotecas se han transformado mucho, y nuestra apuesta era dejar de ser una biblioteca en la que sólo se van a buscar libros para pasar a ser un espacio de encuentro de los grupos de trabajo que ayudan a generar contenidos, como selecciones de lecturas, temáticas y material, para que luego los maestros puedan consultarlos y utilizarlos en el aula.
Los tiempos cambian. En cuanto a la lectura y los libros, ¿es apocalíptica o integrada?
Yo creo que las nuevas tecnologías nos acercan a nuevos formatos, pero la literatura es la misma. Ahora hay literatura digital y aplicaciones que provocan que haya una pequeña revolución. Esto nos ha hecho darnos cuenta de que la lectura es un proceso que no termina nunca; ahora estamos aprendiendo a leer de una manera diferente. Yo creo en la literatura y en los libros, sea en el formato que sea.
Debemos aprovechar la llegada de las nuevas tecnologías para incentivar la lectura. Huir de los best sellers y de las modas y acercarnos a un nuevo tipo de literatura, también de una gran calidad, que es la que nos ayudará a seguir formando este lector joven. Yo creo en la literatura y en los libros, sea en el formato que sea.
Bibliotecaria de la Associació de Mestres Rosa Sensat
