Los beneficios de los juguetes “eco-friendly”
Orientadas a niños y niñas a partir de dos años, los juguetes “eco-friendly” permiten diferentes opciones de juego relacionadas con el aprendizaje infantil además de mejorar el impacto medioambiental y potenciar la economía circular. De este modo, los más pequeños aprenderán la importancia de cuidar el mundo en el que vivimos a la vez que se divierten.
Y es que, en estos momentos difíciles para el planeta donde la mano del hombre le está afectando, y mucho, cobra mucha más importancia desarrollar juguetes “eco-friendly”. Pero, ¿qué son exactamente? Se trata de juguetes educativos fabricadas con materiales respetuosos con el medio ambiente, como fibras de abeto, madera sostenible con certificado FSC, caucho natural de árboles de hevea, fibras de arroz, bambú o “wood composite”, un material formado por fibras naturales y polipropileno.
En este contexto es que nacen los juguetes “eco-friendly” de Miniland. Una gama de ocho juguetes diseñada para padres, madres y educadores que buscan una experiencia de juego con el mínimo impacto medioambiental posible, una tendencia para un ecosistema más sostenible, y que a la vez permita desarrollar diferentes ámbitos del aprendizaje infantil.
Así, las posibilidades de juego de estos materiales educativos sostenibles son muy amplias, ya que se pueden realizar ejercicios para trabajar la lógica matemática, las inteligencias múltiples, el juego libre, las formas geométricas, el juego no estructurado y las texturas, sin olvidarse de la importancia que tiene apilar, enroscar, trepar o arrastrar. Y todo ello, fomentando una conducta consciente y ecologista y estimulando la creatividad, la imaginación, el ingenio, la visión espacial, la concentración, la perseverancia y la psicomotricidad fina.
Y, por supuesto, sin que ello afecte a las propiedades de calidad de los productos. De hecho, como son muy resistentes y duraderos, pueden utilizarse durante mucho más tiempo, realidad que contribuye a un uso más sostenible y responsable. Además, se trata de juguetes que a la vez son 100% biodegradables, esterilizables y rentables, y responden a otro tipo de necesidades pedagógicas, ya que acercan la naturaleza y los elementos terrenales a los más pequeños gracias al tacto, el olor y los colores.
