Puzles, ¿una simple actividad lúdica?
Las actividades de puzles y de encajar gustan especialmente a los niños y niñas desde edades muy tempranas, tanto con sus padres en casa como con los docentes en el jardín de infancia y la escuela. Los niños y niñas pueden entretenerse de manera autónoma, sin recurrir necesariamente a la presencia ni a la ayuda del adulto. De esta manera, son algo más que una simple actividad lúdica que entretiene a los alumnos en el aula, durante el recibimiento de otros alumnos, después de un trabajo en un taller o cuando el docente está ocupado en otro sitio. Ahora bien, ¿son necesariamente libres estas actividades o el docente puede proponerlas en el marco de actividades guiadas? ¿Y cómo se eligen?
Un actividad lúdica y formadora
Un niño o niña puede comenzar a realizar sus primeros puzles y juegos de encajar simples desde los 18 meses de edad, y con mayor frecuencia a partir de los 2 años. Se trata de una actividad tranquila y gratificante en la que los niños y niñas experimentan el placer de hacer, deshacer y rehacer muchas veces las mismas disposiciones, y que con frecuencia acaban aprendiéndose de memoria. Practican para hacerlos cada vez con mayor rapidez, sin dudar en la elección de las piezas, en la orientación ni en la colocación de cada elemento en el conjunto. La satisfacción de haber realizado la actividad es tan grande que ellos mismos pueden medir su éxito y responsabilizarse de volver a colocarlo en su sitio cuando se ha terminado un puzle.
Competencias del juego
Los juegos de puzles y de encajar desarrollan la motricidad fina desde la edad de 18 meses/2 años gracias a los botones de agarre por los que los niños cogen una pieza y la colocan en el lugar correcto. Más adelante, necesitan precisión en los gestos para agarrar las piezas, girarlas y encajarlas entre sí en la plancha.
Los juegos de puzles y de encajar desarrollan también conocimientos sobre las formas, tamaños, colores y líneas (rectas, curvas y complejas). Permiten estimular su capacidad de concentración, observación y reflexión, al relacionar las pistas para reconstruir un conjunto. Para los más pequeños, los puzles muestran a menudo un tema simple (los animales, las frutas, los vehículos, etc.) y más tarde, cuando los niños y niñas crecen, una escena más compleja (un paisaje, una escena de la vida cotidiana, un episodio de un cuento o de una historia, etc.). El número de piezas, su tamaño, su grosor y su forma permiten que los niños progresen paso a paso.
Los juegos de puzles y de encajar son definitivamente una muy buena ayuda para trabajar el lenguaje descriptivo («¿qué ves en el puzle?», «¿dónde están los personajes?», «¿qué hacen?», etc.), pero también para hacer reflexionar sobre el progreso, las acciones, las dificultades a las que se enfrentan y las estrategias utilizadas para resolverlos, así como para verbalizarlos. Por todo esto, es importante que los juegos de puzles y de encajar no se propongan únicamente como actividades libres en el aula. El docente debe poder observar, en el marco de un taller «puzle» o de una actividad guiada, cómo se desenvuelven los niños para poder orientarles y ayudarles a conseguir a resolverlos.
Una ayuda de actividad guiada
En el marco de un taller guiado por el docente, los niños aprenden a observar las características de un puzle o de un juego de encajar, a describirlas (número de piezas, formas, colores, etc.), a compararlas (percepción global, pistas visuales) y a expresar hipótesis (¿qué piezas encajan entre sí?). Se inician en el proceso de identificación de pistas espaciales sobre el soporte (contorno cuadrado, fondo ilustrado, etc.), sobre las piezas o las partes de las piezas (borde recto, esquina, forma simple o compleja, tamaño, color, etc.) y elaboran sus primeros razonamientos, en lugar de lanzarse inmediatamente a la realización del puzle tanteando y practicando varias veces, con el posible riesgo de abandono si la tarea les resulta demasiado difícil.
Descubrimientos adicionales
- Primeros encastrables.
Para descubrir formas geométricas y figurativas, colores, tamaños y materiales. Tres modos de agarre adaptados a la capacidad gestual de los niños más pequeños. - Encastrables por pasos.
Para descubrir distintas temáticas relacionadas con el paso del tiempo y el mundo de los seres vivos. - Selección de puzles y maxipuzles de madera.
Una gran selección de puzzles de 2 a 72 piezas sobre temas variados. Gran cantidad de ilustraciones para estimular la observación y el lenguaje. Marco o soporte de madera para encajar las piezas y facilitar la disposición.