Sobre el éxito de la novela negra infantil y juvenil
Al igual que la sociedad, la literatura infantil debe enfrentarse a una realidad muy diferente a la de hace unos años. Una realidad, la de los lectores, que evoluciona de la mano de un entorno que ofrece, no sólo muchas más posibilidades de ocio, sino también nuevas y diferentes formas de leer: nuevos soportes, nuevos espacios, nuevas tendencias…
En este contexto, la literatura infantil y juvenil ha sabido incorporar estos temas que se desprenden del nuevo entorno social y cultural del lector, así como nuevas formas narrativas que enriquecen esta literatura, para adaptar y orientar al público infantil y juvenil géneros específicos que generalmente han sido considerados de adultos. Es el caso de la novela negra y policíaca.
Pero, ¿qué hace que la novela policial y de misterio sea popular entre los lectores más jóvenes? A diferencia de otros géneros, la narrativa policial va más allá del contexto literario y consigue una vinculación con otras tipologías textuales como el cine, el cómic, la crónica policial y, mejor aún, la relación directa con la realidad del lector o la lectora.
Con la novela policial surge también la figura de su protagonista, el detective o investigador, que será uno de los elementos más característicos e identitarios. Un detective que se verá inmerso en una estructura argumental clara: tiene lugar un hecho criminal, se investiga y se resuelve. Y que, sobre todo, tiene una gran responsabilidad: desenmascarar el culpable haciendo partícipe de la investigación al lector o lectora.
Es por ello que el autor o autora de novela policial infantil y juvenil tiene un doble desafío. Por un lado, debe presentar las pistas para que el lector o lectora pueda ir resolviendo el enigma, como toda ficción de misterio. Pero, por otro, estas pistas no pueden ser muy fáciles ni muy difíciles de descubrir para que el lector o lectora infantil, mucho más exigente que el adulto, no pierda el interés por la lectura.
Y es que tanto el niño como el adolescente son curiosos por naturaleza, creadores de preguntas y teorías para dar respuesta a todos los planteamientos. De este modo, el autor o autora debe saber cómo hacerlo aliado de su propuesta. Una opción es añadirle el condimento del juego. Presentar la historia en forma de juego lógico supone ir montando un rompecabezas a partir de los indicios ofrecidos por la narración. Un juego donde el detective tiene un papel crucial, ya que es el elemento vertebrador que mantiene la relación más estrecha con el lector.
Todos estos elementos hacen que el género negro y policíaco infantil y juvenil haya generado en los últimos años innumerables obras que suponen la inclusión y la revisión permanente de nuevas formas narrativas que la enriquecen. Es así como logra atrapar al lector o lectora infantil, ya que le permite pensar, buscar, relacionar y sospechar. Le invita, pues, a adentrarse en una propuesta transgresora que se construye desde la reinvención del clásico y que se convierte en una puerta abierta a encontrar el placer por leer y, por tanto, una puerta abierta a otros libros y lecturas.